Por Medicina Responsable
10 de junio de 2025Tener que estar pendiente de las calorías que se consumen en cada ingesta supone, en la mayoría de las ocasiones, una limitación a la hora de salir a nuestro restaurante favorito, reunirnos para unas tapas o disfrutar del placer de comer libremente. Sin embargo, más allá de que esto no sea plato de buen gusto (y nunca mejor dicho), investigadores estadounidenses han demostrado que una dieta baja en calorías se asocia con un mayor riesgo de síntomas depresivos.
Así lo ha afirmado una nueva investigación publicada en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health: una rutina alimentaria basada en verduras y frutas, cereales integrales, semillas y frutos secos, o proteínas magras se relaciona con una mejor salud mental que la que se compone de carnes y dulces ultraprocesados, carbohidratos refinados o grasas saturadas. Pero ¿cuál es su explicación científica?
La Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos (NHANES) preguntó a 28.525 adultos sobre sus rutinas alimentarias para estudiar la relación entre la nutrición y la depresión. La encuesta se realizó entre los años 2007 y 2018 y, de todos los participantes, el 8% informó que padecían síntomas depresivos, el 29% tenía un peso saludable, el 33% tenía sobrepeso y el 38% eran obesos.
Sus hábitos alimenticios se clasificaron en cuatro grupos: las dietas restrictivas en calorías, las restrictivas en nutrientes (como las bajas en grasas, azúcar o carbohidratos), los patrones dietéticos establecidos (como dietas para personas diabéticas) y la ausencia de dietas.
Del total de voluntarios, el 87% declaró que no seguían ninguna dieta, el 8% una restrictiva en calorías, el 3% una restrictiva en nutrientes y el 2% un patrón dietético. Además, una mayor proporción de hombres que de mujeres afirmó no seguir ninguna dieta.
Como resultado, los investigadores definieron que las personas con obesidad que seguían un patrón dietético presentaban puntuaciones más altas en los síntomas cognitivo-afectivos y somáticos que las que tenían un peso saludable y no seguían una dieta; lo que confirma que la restricción calórica está relacionada con un mayor riesgo de síntomas depresivos.
Estos nuevos datos contradicen los de los estudios publicados anteriormente y que afirman que las dietas hipocalóricas mejoran los síntomas depresivos. Sin embargo, los investigadores señalan que, al ser un estudio observacional, no se pueden extraer conclusiones certeras sobre esta causalidad; aunque sí está comprobado científicamente que la glucosa y el ácido graso omega-3 son fundamentales para la salud cerebral.