Por Clara Arrabal
23 de junio de 2025Las tendencias virales en las redes sociales han vuelto a hacer de las suyas, una vez más, en el campo de la salud. En esta ocasión los expertos alertan sobre una nueva rutina alimentaria que ha irrumpido en Tiktok, denominada “la dieta de las princesas Disney”, y que promete hacer perder entre 5 y 10 kilos en 15 días mediante el consumo de hasta 600 calorías diarias, cuando lo habitual es ingerir 2.000 entre los adolescentes de 12 a 14 años.
El nombre proviene de la planificación alimentaria, pues cada día está dedicado a una princesa Disney y, por lo tanto, durante esa jornada solo se puede comer el alimento que caracterice a ese personaje. Por ejemplo, el día de Blancanieves solo se podrán comer manzanas, el de La Sirenita se beberá agua únicamente, el de Mulán se limitará a una taza de arroz o, en el de Cenicienta, la última ingesta será a las 12.00 horas. Sin embargo, ni Mulán comía solo arroz, ni La Sirenita se alimentaba de agua. De hecho, las películas Disney muestran cómo Bella disfruta de un gran festín, y a Tiana le encantan los buñuelos de Nueva Orleans. Entonces, ¿de dónde surge esta tendencia? Y más importante, ¿cómo puede afectar al organismo?
“Esto es un atentado a la salud pública”, explica Luisa Solano, profesora de Nutrición en la Universidad Europea. “No se fundamenta en ningún criterio médico ni científico y puede conllevar riesgos graves, sobre todo en los adolescentes, que es la población más vulnerable ante estos mensajes. España debería hacer como otros países: sancionar a quienes generan este tipo de contenido”, afirma con rotundidad.
Ante tanta restricción energética, nuestro cuerpo pronto comenzará a notar cierto deterioro “físico y cognitivo”, ya que la ingesta que propone no representa más del 40% de lo que deberíamos tomar diariamente, según la experta. “El organismo va a empezar a usar las reservas endógenas y al tercer o cuarto día se manifestará esta carencia nutricional a través de irritabilidad, fatiga precoz, falta de concentración, riesgo de deshidratación, flacidez e incluso una alteración cardíaca”, comenta.
Además, apunta que esta bajada de peso se traduce en una pérdida de la masa muscular, no de grasa, por lo que es contraproducente para el organismo. “El mensaje que das a tu cuerpo es que llega un tiempo de hambruna, por lo que comienza a ahorrar grasa, que es lo que más energía le aporta. Entonces, el recurso metabólico que comenzamos a perder es la masa muscular, que es el primer soldado que se enfrenta al déficit nutricional”, explica.
Otro de los aspectos “que no deberíamos pasar por alto bajo ningún concepto” es que este tipo de dietas no están avaladas por ninguna sociedad científica, ni supervisadas por un experto o recomendadas médicamente. “Una indicación alimentaria debe ser siempre realizada por un profesional de la salud, igual que cuando te duelen los dientes vas al dentista”, expresa Luisa Solano.
Además, expresa que las dietas tan estrictas se realizan en casos extremos, como patologías con índices de masa corporal que superan los 35 kilos por metro cuadrado, y que afectan a personas con obesidad mórbida de grado 3 o 4. “Claramente hay un protocolo clínico a seguir que se realiza siempre con el paciente ingresado y bajo la supervisión y monitorización continua de los profesionales”, explica la experta. Y lanza la siguiente pregunta: “Si una hipoglucemia te pilla en Madrid, en plena plaza de Callao, a 35 grados de temperatura, ¿sabría la gente reconocer ese cuadro sintomatológico que podría poner en peligro tu vida?”.
En este contexto y ante la proliferación de nuevas tendencias que podrían suponer un riesgo para la salud, la experta denuncia la falta de regulación: “En España es necesario crear una legislación que controle este tipo de mensajes, que deberían estar prohibidos por reglamento. En Chile, por ejemplo, una tiktoker promovió rutinas alimentarias desequilibradas y el Colegio de Nutricionistas Chileno presentó una demanda que llegó a término”, expone.
Por ahora, en España contamos con la estrategia NAOS para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad, y “algún marco regulatorio en cuanto a la publicidad de alimentos, pero el control es escaso todavía”. Por ello, anima a la población a consultar los especialistas, “que en este caso somos los dietistas y nutricionistas”. “Las recomendaciones que hacemos los dietistas son basadas en las necesidades individuales, el estilo de vida y el metabolismo de cada paciente, que es en lo que debería basarse una dieta saludable”, finaliza.