Cinco consejos para hacer la vuelta al cole más saludable

Se acaban las vacaciones de verano y se acerca la vuelta a la rutina y a las clases. Aunque este momento sea una cita cíclica en el calendario de todas las generaciones, siguiendo una serie de consejos se puede mejorar este proceso de adaptación en los niños que vuelven a las aulas.

Los expertos aseguran que no es fácil perder los hábitos que se adoptan durante el verano, por lo que es necesario modificar los horarios de sueño y comidas, reducir el tiempo de ocio, volver a los estudios y recuperar de nuevo estas rutinas. Pero lo más recomendado es no hacerlo de golpe. El doctor José Manuel Moreno, director del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra, recomienda a los padres “hacer hincapié en los aspectos positivos del nuevo curso”. En concreto, destaca la oportunidad de inculcar en los hijos la idea de “que estrenar algo siempre es ilusionante, que aprenderán cosas nuevas, que vivirán retos distintos e interesantes… Pero eso sirve de poco si nos ven a los padres quejarnos de la vuelta al trabajo o de lo cortas que han sido las vacaciones”. Subraya también la importancia de ir recuperando la rutina en estos días, preparando progresivamente el curso, “para no pasar de cero a cien desde el minuto uno: puesta a punto del material escolar, contactar de nuevo con los amigos, etc.”. Por ello, además, añade una serie de consejos a seguir para hacerlo de una manera saludable:

- Horarios: Una de las mejores formas de volver a la rutina es comenzar recuperando los horarios de sueño. Acostarse a una hora determinada y levantarse también a una hora marcada será fundamental para ir adaptándose a la rutina de forma progresiva. “Es clave que los niños se vayan a la cama a la hora prevista antes de que empiece el colegio, sin olvidar la preparación previa al sueño: actividades tranquilas, bajar el volumen de los ruidos en casa y la intensidad de la luz, etc.”, explica el doctor Moreno. Los horarios de sueño no son los únicos que se pierden durante el verano, las comidas también se ven afectadas y, por ende, es necesario recuperarlas.

- Ejercicio físico: Es importante retomar la actividad física de los más pequeños para evitar que lleven una vida sedentaria. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los menores tengan, al menos, una hora de actividad física diaría.

- La alimentación: Los expertos explican que no solo es importante recuperar los horarios de comidas, si no también que se haga de forma saludable. Durante el verano se modifican muchos hábitos alimenticios, se consumen más helados, bebidas azucaradas, dulces, etc. Por ello, se debe reforzar una alimentación que incluya los nutrientes necesarios para mantener la salud y el bienestar de los más pequeños.

- Cuidado con las pantallas: “Quizá hemos sido algo más indulgentes con el uso de las pantallas durante el verano por parte de nuestros hijos. Ahora es el momento de retomar las riendas”, destaca el doctor Moreno Villares, que recuerda que “no se recomienda que los niños de entre dos y cinco años dediquen más de una hora y media al día -tres durante los fines de semana- a actividades de ocio delante de cualquier tipo de pantalla”. Asimismo, aconseja que “en mayores de seis años se fomenten en casa los hábitos saludables en el consumo de pantallas que establezcan límites máximos de dos horas al día”.

- Cuidar la espalda: No hay vuelta al cole sin mochila. Y es que el peso de las mochilas puede hacer que los más pequeños sufran dolores de espalda u otros problemas en la columna. Por ello, es importante que esta no supere el 10 % del peso del menor y esté situada de una forma correcta. Lo ideal es que los libros de más peso estén colocados lo más pegados a la espalda y sujeta por las dos asas.

Uno de cada cuatro escolares que vuelven al cole presenta alguna enfermedad crónica

De entre los más de seis millones de niños y adolescentes que volverán a las aulas de Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria, alrededor de uno de cada cuatro presenta alguna enfermedad o trastorno crónico. Entre ellas destacan la obesidad, la diabetes, las alergias y el asma, la epilepsia y los trastornos del neurodesarrollo y el aprendizaje, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Ante esta realidad, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), recuerda que el pediatra de AP es el profesional de la salud de referencia para la mayoría de las familias y, por tanto, debe ser el nexo con los docentes y padres para favorecer el correcto desarrollo de los alumnos con alguna dolencia crónica, en particular, con patología crónica compleja. Por ello, explican la importancia de “elaborar un plan de cuidados para los niños con estas enfermedades, para que sea una referencia para padres y profesores en su cuidado, realizar un seguimiento y seguir consejos de prevención de complicaciones, para garantizar el derecho a la educación de estos menores. En definitiva, junto con los profesores y familias, podemos trabajar para asegurar que una enfermedad crónica no interfiere en la actividad académica de ningún niño o niña”, concluyen.

 

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