Por Juan García
31 de mayo de 2024Las recaídas y los intentos frustrados son un acontecimiento habitual para quienes intentan dejar de fumar. En un estudio de 2018 realizado por Pfizer, estimaron que solo el 5% de los fumadores que intentaban dejarlo por su cuenta tenían éxito. La lucha contra el “mono” que genera el tabaco lleva a muchos fumadores a recurrir a diversas estrategias, desde aplicaciones móviles a diversas terapias.
Los fármacos son un aliado común para aquellos fumadores con una mayor dependencia y en nuestro país su demanda ha crecido un 54% desde el año pasado. Son varios los medicamentos disponibles en España, pero, pero para acceder a su prescripción, los fumadores deben acreditar unos niveles elevados de consumo y dependencia. Entre las alternativas farmacológicas disponibles en nuestro país, estos son los requisitos y las pautas a seguir para comenzar con cada tratamiento.
La citisiniclina es el principio activo en el que se basa este medicamento que generó una gran expectación por basarse en una pauta para dejar de fumar en 25 días y que desde el año pasado está financiado por el Sistema Nacional de Salud. El tratamiento está compuesto por 100 comprimidos que contienen 1,5 miligramos de esta sustancia que compite selectivamente con la nicotina por los receptores nicotínicos y ayuda a reducir de manera gradual la dependencia que genera la nicotina en el organismo.
El tratamiento se administra en fases, comenzando con seis comprimidos diarios reduciendo la dosis hasta llegar a una única dosis el último día. El paciente debe dejar de fumar al quinto día y el Ministerio de Sanidad financia un tratamiento al año para cada paciente.
Para acceder a la receta de este medicamento, la persona debe fumar un mínimo de 10 cigarrillos al día y tener un alto grado de dependencia física. Esta dependencia se mide a través del llamado como test de Fagerström, un cuestionario sobre los hábitos del fumador para determinar su grado de dependencia.
Se trata del otro fármaco con citisiniclina y también financiado por el SNS. También recoge una pauta de 25 días, aunque administrada gradualmente de forma diferente.
La persona fumadora debe tomar 6 pastillas al día (una cada 2 horas) durante los tres primeros días de tratamiento. Del cuarto al duodécimo, tomará una pastilla cada 2,5 horas (cinco al día). A partir de ese momento, se tiene que dejar de fumar, ya que la dosis diaria se reduce a cuatro pastillas entre los días 13 y 16, a tres del 17 al 20 y a una o dos tomas hasta completarlo a los 25 días. Al final del tratamiento, al menos tres de cada cuatro personas han dejado el hábito de fumar.
Todacitan se comercializa en Europa desde 2013, y en España se vendía sin receta a un precio aproximado de 200 euros el tratamiento completo, hasta que se incluyó su cobertura pública. Para poder acceder a la receta, los requisitos son estar apuntado a un programa de apoyo contra el tabaquismo y fumar más de 10 cigarrillos al día. Al igual que Recigarum, Sanidad solo financia un tratamiento al año.
El uso de este fármaco como tratamiento de ayuda en la deshabituación tabáquica, se autorizó en España en el año 2000 y se comenzó a financiar en 2020. Se recomienda comenzar a tomarlo entre una y dos semanas antes de la fecha en la que se desea dejar de fumar. La pauta de administración diaria que se recomienda en adultos es de 150 mg durante seis días, pudiendo aumentarse esa dosis a partir del séptimo día a 300 mg repartidos en 2 tomas de 150mg, debiendo transcurrir como mínimo 8 horas entre dosis sucesivas. Estas dosis no deben excederse en ningún caso.
Los requisitos para acceder a su receta son los mismos que Recigarum: fumar 10 cigarrillos al día y obtener una puntuación de al menos siete puntos en el test de Fagerström.
Bupropión actúa a través de la inhibición neuronal selectiva de la recaptación de noradrenalina y dopamina, lo cual explica tanto su eficacia terapéutica como el perfil de reacciones adversas descrito con el uso del producto.
Este principio activo es la base del medicamento Champix, retirado en 2021 por contener sustancias dañinas. Hace unos días Sanidad anunció que comenzaría a financiar su versión genérica a partir de este mes de junio, por lo que sería una nueva opción disponible próximamente.
La vareniclina actúa bloqueando los efectos placenteros de la nicotina en el cerebro. Se presenta en forma de comprimidos y la duración del tratamiento inicialmente recomendada es de 12 semanas, con una eficacia del 40%. Las exigencias para acceder a su receta son las mismas que Recigarum y Bupropión.
Chicles, comprimidos, parches y espráis son otros productos para dejar de fumar a los que se puede acceder sin receta y con una eficacia demostrada. Entre estos productos, los parches son los que han experimentado un crecimiento más llamativo desde la pandemia, aumentando su demanda un 400% desde 2020.
Niquitin clear son unos parches que proporcionan diferentes niveles de nicotina terapéutica para proporcionar un alivio de 24 horas de los síntomas de abstinencia. El tiempo que se tarda en completar el proceso depende de la intensidad del hábito tabáquico, pero también se divide en un proceso escalonado en tres fases.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el tabaquismo una enfermedad crónica y es la primera causa de muerte evitable en España. De hecho, se le asocian alrededor de 150 muertes diarias en nuestro país, siendo el responsable de unas 69.000 muertes prematuras cada año en España. Para salir airoso de la batalla contra esta adicción, las recomendaciones principales son acudir a un profesional de la psicología para compaginar estos tratamientos farmacológicos y garantizar una estrategia y unas pautas adecuadas.