Un robot con Inteligencia Artificial asistirá a los niños con cáncer del Virgen del Rocío de Sevilla

Un robot, creado con inteligencia artificial y diseñado por investigadores de la Universidad de Sevilla, será el nuevo compañero de aventuras de los pacientes de la unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Este sustituirá al actual robot Curro que desde 2017 interactúa con los niños ingresados animándolos a hacer los ejercicios físicos prescritos por los fisioterapeutas.

Bajo el nombre de Haru, que significa primavera en japones, este robot es capaz de contar cuentos, conversar, contar chistes, jugar, repasar temas de diferentes asignaturas y efectuar actividades de estimulación cognitiva. El objetivo es que Haru sea un robot socialmente inteligente capaz de detectar y procesar señales sociales y emocionales humanas, para luego dar respuesta a estos comportamientos de una manera apropiada para el desarrollo de los niños, creando una conversación, juego y aprendizaje.

Haru no tendrá forma humana pero sí dos grandes ojos de color verde que transmitirán expresividad. Además del prototipo físico, se ha diseñado un simulador o avatar virtual que se implementa en un iPad, lo que permite que puedan seguir utilizando las aplicaciones en casa y llegar a un mayor número de niños.

Cada año se diagnostican unos 80 nuevos casos de cáncer infantil en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. En concreto, los profesionales de la Unidad de Oncohematología Pediátrica asisten más de 2.750 consultas y 750 ingresos.

Los avances en los procedimientos diagnósticos y tratamientos del cáncer han posibilitado una mayor supervivencia. Se estima, según el registro español de tumores infantiles (RETI), que el 80% de los niños oncológicos sobrevivirán a la enfermedad.

A medida que ha ido aumentando la esperanza de vida en la población infantil diagnosticada con cáncer, se han descubierto también importantes efectos secundarios a largo plazo que limitan de manera significativa su calidad de vida: efectos cognitivos, físicos, emocionales y, en consecuencia, sociales. Por ello, buscaron una solución que pudiera ayudar a solventar estos efectos secundarios.  

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