Por Santiago Melo
28 de julio de 2025El Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES) de la Universidad de Málaga, gestionado por la Fundación General de la UMA, ha instalado por primera vez en nuestro país un olfatómetro (dispositivo utilizado para medir la intensidad, concentración y calidad de los olores) en una resonancia magnética, y se utilizará para estudiar el vínculo entre el sentido del olfato y enfermedades como la obesidad, el alzhéimer o el párkinson.
El olfatómetro, procedente de Estados Unidos, forma parte del equipamiento clave del proyecto de investigación nacional “Alteraciones del olfato y gusto en la obesidad como potenciales predictores de la pérdida de peso y su relación con redes cerebrales”, liderado por las investigadoras Carolina Gutiérrez Repiso y Natalia García Casares, de IBIMA Plataforma BIONAND.
Hasta ahora, los estudios sobre olfato en entornos clínicos se realizaban con métodos indirectos o poco precisos. Este avance permitirá registrar, en tiempo real, cómo responde el cerebro a estímulos olfativos controlados, un hito que abre nuevas posibilidades en el análisis del deterioro cognitivo y de los mecanismos neurológicos asociados a la percepción de olores. “La pérdida de olfato puede ser una señal precoz en patologías neurodegenerativas como el párkinson o el alzhéimer. También hemos observado alteraciones olfativas en pacientes con obesidad, lo que podría tener relación con el apetito y la función cerebral”, explica la investigadora Natalia García Casares.
Con el equipo ya operativo, los investigadores han comenzado a reclutar pacientes con obesidad para estudiar cómo su respuesta cerebral a los olores podría ayudar a predecir la efectividad de los tratamientos de pérdida de peso. Además, el dispositivo abre la puerta a nuevas líneas de trabajo en el ámbito de las enfermedades psiquiátricas, metabólicas e infecciosas, como la Covid-19. “Este olfatómetro representa una inversión estratégica que coloca a Málaga a la vanguardia de la neurociencia en Europa, con capacidades tecnológicas comparables a las de los grandes centros internacionales”, añade Carolina Gutiérrez Repiso.
El avance no solo reforzará el posicionamiento científico de la ciudad, sino que permitirá generar conocimiento clínico relevante sobre cómo las alteraciones en el sentido del olfato se relacionan con distintas patologías y su progresión.