Por Medicina Responsable
29 de octubre de 2024La espasticidad es un signo clínico que ocurre en numerosas afecciones neurológicas, como ictus, esclerosis múltiple, lesión cerebral traumática, lesión medular o tumores. Se trata de una afección con importantes consecuencias para la calidad de vida de los pacientes, por la pérdida de funcionalidad y autonomía. Frente a ello, la Inteligencia Artificial (IA) y la realidad virtual son dos tecnologías con potencial en el diagnóstico y abordaje terapéutico de esta patología. Así lo han puesto de manifiesto varios expertos en neurorrehabilitación participantes en las Jornadas REABOX, organizadas por la farmacéutica Abbvie.
Según el doctor Antonio Mena, médico rehabilitador del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín “la IA puede ayudar a detectar patrones de movimiento, patrones espásticos en un paciente” y, en base a ello, “generar una serie de ejercicios y estiramientos para la persona con espasticidad, todo ello vinculado a la realidad virtual”. “Son técnicas que están empezando a llegar a nuestro país de forma muy puntual, donde todavía debemos valorar la relación eficacia-eficiencia en cada entorno sanitario, pero quizás en otros países sí se está normalizando cada vez más y sí parece que haya un futuro prometedor con estas técnicas”, añade Mena.
El objetivo de las jornadas es poner en común los últimos avances, conocimientos y actualizaciones relacionados con el manejo de la espasticidad post ictus que tienen los especialistas en este campo, así como mostrar los mejores protocolos, técnicas y, en definitiva, toda la evidencia científica que hay en base al tratamiento de esta condición. El doctor Lluís Guirao Cano, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitari Mútua de Terrassa (Barcelona) y coordinador de esta edición de REABOX, destaca la importancia de que los profesionales conozcan “todas las opciones de tratamiento que existen, porque si dejamos que la espasticidad se vaya estableciendo, puede formarse una contractura que, al final, sólo tenga como solución una cirugía o una silla de ruedas”.
“Cuanto antes tratemos a un paciente con espasticidad, mejores serán los resultados en cuestión de funcionalidad del paciente y, de forma indirecta, el coste total de tratamientos para los servicios sanitarios también será menor”, añade el doctor Mena.
El tratamiento de la espasticidad es multidisciplinario y complejo, den función de la gravedad, su localización o la patología subyacente, así como la comorbilidad y complicaciones derivadas. Las cifras de incidencia y prevalencia de la espasticidad son variables. En el ictus, se estima que alrededor de un 38-40% de los pacientes tendrá algún grado de espasticidad y el 16% requerirá tratamiento. En la lesión medular también hay cifras discordantes, pero se estima que un 40% de las personas con una lesión medular tendrá espasticidad. Sin embargo, los datos de los estudios varían entre un 40% y un 78%. También está presenten en otras enfermedades como la esclerosis múltiple, la parálisis cerebral, y el traumatismo craneoencefálico moderado-grave, con porcentajes que pueden alcanzar el 80% de incidencia.
Esta condición no afecta por igual a todos los pacientes, sino que “existen diferentes grados de espasticidad, desde tener dificultades a la hora de vestirse o comer hasta necesitar la ayuda de otra persona para desplazarse, asearse o necesitar una silla de ruedas. El impacto en la calidad de vida de estas personas es muy alto hasta el punto, incluso, de que el paciente puede acabar siendo institucionalizado”, señala el doctor Guirao.
Para el doctor Mena, la realidad es que “faltan más armas terapéuticas. El futuro del manejo de la espasticidad va encaminado hacia tres líneas: contar con nuevas moléculas que sean capaces de inactivar el músculo espástico no hepático y que sean más duraderas; la implantación de nuevas técnicas coadyuvantes, como la realidad virtual aplicada con inteligencia artificial, y el desarrollo de la neuroimagen o ecografía de alta resolución, para detectar los nervios más pequeños que, actualmente, no somos capaces de ver con las herramientas que disponemos”.