Por Medicina Responsable
13 de junio de 2024La Inteligencia Artificial (IA) demuestra un alto rendimiento en la detección de cánceres de mama en los dos años siguientes a la mamografía de cribado y puede ayudar a evaluar las mamografías de bajo riesgo, reduciendo la carga de trabajo de los radiólogos sin mermar la calidad del programa de cribado. Así se ha expuesto durante la Revisión Anual GEICAM de Avances en Cáncer de Mama (RAGMA), organizada por el Grupo Español de Investigación del Cáncer de Mama (GEICAM) y coordinada por los doctores José Enrique Alés Martínez, Lourdes Calvo Martínez, Pedro Sánchez Rovira y Ricardo Sánchez- Escribano Morcuende.
Gracias a estos avances, se espera que próximamente la IA permita personalizar los cribados, pero antes es necesario realizar más estudios que proporcionen la evidencia necesaria para implementarla con seguridad. “Tenemos que mantener las habilidades de interpretación de los radiólogos y establecer puntos de referencia para controlar el efecto del uso de la IA como apoyo a la toma de decisiones, como lector independiente o para clasificar a las mujeres según su puntuación de riesgo", señalan los profesionales.
Para esa personalización de los cribados, hay que tener en cuenta la genética. La doctora Montserrat García-Closas, profesora de Epidemiología del Institute of Cancer Research and Imperial College en Londres, ha hablado en RAGMA de estudios recientes que permiten saber el riesgo de desarrollar cáncer de mama de forma mucho más precisa en mujeres con mutaciones en genes de alto riesgo, como BRCA1 y BRCA2. Además, estos estudios están identificando genes adicionales con mutaciones de alto riesgo, por lo que suponen una gran mejora en el asesoramiento de riesgos en mujeres con cáncer hereditario.
Esta experta también ha hablado de la puntuación de riesgo poligénico (PRS) que puede mejorar la capacidad para predecir el riesgo de cáncer de mama, especialmente cuando se combina con factores de riesgo tradicionales como los antecedentes familiares, factores hormonales y de reproducción, y densidad mamaria en una mamografía. Así, la PRS podría conducir a programas de cribado personalizado, según riesgo, en lugar de depender únicamente de pautas basadas en la edad.
La identificación temprana de personas con alto riesgo de cáncer de mama hereditario permite intervenciones específicas, que pueden incluir exámenes de detección más frecuentes y tempranos, cirugías preventivas y medicamentos para reducir el riesgo. Estas medidas ayudan a mejorar significativamente las tasas de supervivencia. Además, la identificación e intervención tempranas supondría un ahorro económico a largo plazo al reducir la necesidad de tratamientos costosos asociados con el cáncer avanzado y sus complicaciones.
En el encuentro, ha participado el doctor Oreste Gentilini, jefe de la Unidad de Mama del Hospital San Raffaele de Milán, autor del estudio SOUND. Este trabajo demuestra que, en mujeres con tumores de mama menores a dos centímetros y con ecografía axilar negativa, que son candidatas a realizar una cirugía conservadora más radioterapia, no haría falta la biopsia del ganglio centinela. Esto disminuiría aún más la morbilidad en estas pacientes.
En lo que respecta a la cirugía de la mama, el doctor Sánchez Méndez ha destacado que “cada vez hay datos más sólidos para afirmar que, en igualdad de circunstancias, la cirugía conservadora más radioterapia proporciona mejor supervivencia global”. También, ha señalado que el Estudio ICE3 demuestra cómo “una técnica de ablación con frío permite realizar la destrucción tumoral en consulta a través de una incisión de menos de dos milímetros, como tratamiento quirúrgico definitivo para un grupo seleccionado de pacientes”.
En las sesiones de RAGMA también se ha hablado de las aportaciones del propio Grupo Español de Investigación del Cáncer de Mama. “Nos han permitido deslindar qué subgrupo de pacientes triple negativas se benefician realmente del tratamiento con capecitabina, lo que supone un paso más hacia la individualización de la medicina”, ha explicado el doctor Alés Martínez.
Otros avances han sido la incorporación de agentes que tienen una acción preferente sobre pacientes con tumores con alteraciones concretas, como inavolisib para mutaciones en PIK3CA o elacestrant para mutaciones en ESR1.
Algunos aprendizajes son más sutiles. Conforme se acumulan datos de subgrupos menos frecuentes de pacientes con cáncer de mama o con predisposición a desarrollarlo, se pueden establecer mejor los riesgos reales de poblaciones y, en un futuro, a nivel individual, explica el doctor Alés Martínez. Por ejemplo, el riesgo real de desarrollar cáncer de mama para portadoras de mutaciones patogénicas en BRCA2 se estima ahora que puede ser un 15-20% más bajo de lo pensado.
“Toda esta investigación permite avanzar en diagnóstico, abordaje de la enfermedad, supervivencia de las pacientes y mejora de la calidad de vida”, ha comentado Paula González Peña, miembro de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA). "Nuestra entidad tiene en su ADN el apoyo incondicional a la investigación y a la mejora de las inversiones en este campo. En el caso del cáncer de mama, nos interesa muy concretamente ahondar en el abordaje de la enfermedad metastásica, con una complejidad mayor y en la que nuestra aspiración, si no es posible la curación, es que se llegue a cronificar”, ha concluido.