Por Juan García
21 de enero de 2025El avance de la neurociencia está abriendo un nuevo horizonte de posibilidades para los pacientes con discapacidades motoras. Desde controlar prótesis robóticas a incluso volver a caminar, los nuevos dispositivos están permitiendo a estas personas hacer actividades cotidianas que siempre habían creído imposibles. La última hazaña en este campo ha llegado de la mano de la empresa Braingate, quienes han realizado un ensayo para permitir a un paciente sin movilidad por una lesión medular controlar un videojuego con la mente.
Los resultados de este ensayo han sido publicados en la revista Nature, donde explican que el sistema de interfaz cerebro-ordenador (BCI) fue capaz de detectar y descodificar los movimientos de los dedos, permitiéndole controlar un dron virtual y superar un circuito de obstáculos. Se trata de un sistema de “alto rendimiento basado en los dedos que permite el control continuo de tres grupos de dedos independientes, de los cuales el pulgar puede controlarse en dos dimensiones, lo que produce un total de cuatro grados de libertad”.
El paciente sufre tetraplejia a causa de una lesión medular y se le implantaron 192 electrodos en su hemisferio cerebral izquierdo, en concreto, en la parte del cerebro que es crucial para el control de los movimientos de la mano y los dedos. El director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Eduardo Fernández, destaca que se trata de un “avance significativo” y que “representa un importante paso hacia la creación de interfaces más intuitivas y funcionales para las personas con parálisis”.
En declaraciones para el Science Media Centre (SMC), explica que “a partir de los registros de la actividad cerebral de las neuronas próximas a estos electrodos, han sido capaces de decodificar de manera continua las intenciones de los movimientos de los dedos, superando algunas de las limitaciones de estudios previos”.
No es el primer estudio de la empresa Braingate que se dedica a diseñar tecnologías para restablecer la comunicación, la movilidad y la independencia de las personas con enfermedades neurológicas, lesiones o pérdida de extremidades, por lo que desde la compañía destacan su compromiso con este tipo de innovaciones.
Para Fernández, el siguiente paso es “seguir avanzando en estas líneas de investigación para crear tecnologías que permitan descifrar el ‘lenguaje’ del cerebro y sean capaces de leer y modificar la actividad cerebral en tiempo real”, a la par que se va ahondando en las “cuestiones éticas, legales y sociales” que pueden representar estos avances.
Al mismo tiempo, apunta que son necesarios más estudios, ya que este se ha realizado en un solo paciente, y apunta a otras limitaciones del estudio: “El flujo de información sigue siendo unidireccional (desde el cerebro al dispositivo) y no incluye retroalimentación sensorial (la información que el cerebro recibe de los dedos), lo que puede dificultar o limitar el control de interfaces más complejas”.