El Hospital Niño Jesús crea gemelos digitales para tratar a niños con leucemia

EI Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de la Comunidad de Madrid, lidera un proyecto de investigación, denominado Leukodomics, que tiene como objetivo crear gemelos virtuales de niños y adolescentes con leucemia para poder simular su respuesta al tratamiento y predecir su evolución.  Gracias a que, por primera vez se usarán tecnologías de análisis celular, algoritmos procedentes de la ciencia de datos y modelos computacionales, si todo sale a la primera, en cuatro o cinco años los oncólogos pediátricos tendrán en sus consultas valiosas herramientas predictivas para tratar el cáncer infantil. 

A través de la integración de la información masiva, procedente de miles de datos de otros pacientes, se podrá simular la respuesta a cada tratamiento de cada paciente; además de predecir su evolución, probabilidades de éxito o posibles toxicidades. Esto evitará que se tenga que intervenir directamente en el paciente, minimizando el nivel de riesgo terapéutico. Para ello, se generarán unos modelos digitales que integrarán la información del enfermo (cuál fue el diagnóstico, cómo fue la respuesta al tratamiento o cuál es su fondo genético) y la de sus células malignas (mutaciones genéticas, subprogramas de expresión génica, arquitectura del genoma y características biomecánicas). Los investigadores empezarán usando los datos de 100 niños del propio hospital que han sido estudiados y tratados sin éxito. 

Poner la lupa sobre las células leucémicas 

No hay que perder de vista que la leucemia es una enfermedad que, en determinados casos, pese a tener un tratamiento exitoso a través de la quimioterapia, puede reaparecer y tener recaídas con complicaciones letales. Esas letales e inesperadas consecuencias que están asociadas a la leucemia, y a otros cánceres, vienen motivadas por unos rasgos que, hoy en día, no se pueden identificar en el laboratorio. 

Por ello, gracias a estas herramientas, se podrá entender hasta el más mínimo detalle de las células cancerígenas y del origen de esta enfermedad, afirma Carlos Torroja, investigador del Centro Nacional de Investigación Cardiovascular. “Se podrán detectar rasgos como el color de los ojos, las arrugas, el color del pelo o la estatura de cada una de las células leucémicas para poder atacarlas con la mayor eficiencia posible. El objetivo de incorporar la información genética es entender por qué hay pacientes que no reaccionan bien a la terapia”. 

La leucemia es el cáncer más frecuente en niños y, a su vez, también ha sido ejemplo de éxito en la oncología general dado que, en la actualidad, ocho de cada 10 niños se curan. Por eso, fue el cáncer elegido para comenzar este innovador proyecto en el que las tecnologías tienen un papel protagonista. Los investigadores quisieron poner el foco en esos dos niños que no se curan ya que estos suponen que este tipo de cáncer sea la principal causa de muerte población infantil. 

Gabriel Fernandez, investigador senior del laboratorio de Oncología Matemática (MOLAB), incide en que se van a incorporar datos de secuenciación para generar un mapa de miles de células con sus características. “A partir de ahí podremos ofrecer herramientas de predicción a cada paciente o grupo de pacientes que identifiquen riesgos acerca de cómo van a responder esos pacientes, si se van a beneficiar o si se debe optar por otras líneas de tratamiento”. 

Una herramienta más en la consulta

Para Francisco Monroy, director de biofísica traslacional del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre I+12, esta herramienta de predicción aspira a estar incluida en la consola de trabajo del clínico. “En dos años se empezarán los ensayos médicos para ver si la herramienta puede ser utilizada en la consulta real. Si todo sale a la primera, en mínimo cuatro o cinco años se podrá usar esta herramienta en la consulta del oncólogo”. 

Además, señala que quieren hacer un estudio multicéntrico, trasladarlo a otros hospitales del Sistema Nacional de Salud y hacer una validación con otros centros que son referencia, también a nivel internacional. No obstante, el equipo de investigadores recalca que, al ser un proyecto vanguardista, es arriesgado y hay que descubrir y crear cosas que aún no se conocen y que no existen. Si todo sale bien esperan poder extrapolar los avances en leucemia infantil a otros tipos de cánceres. 

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