Desmitificando el punto “G” y otras zonas erógenas de las mujeres

Las mujeres se preocupan cada vez más por su sexualidad, pero no todas consiguen la excitación sexual que se desencadena en la zona sacro-lumbar de la médula espinal cuando se produce un orgasmo. Para llegar a lo que los expertos han llegado a denominar “la petite mort” (la pequeña muerte) o la muerte dulce, en redes sociales cada vez se habla más de ciertos puntos en los que enfocar el placer femenino.

Pero, vayamos por partes. ¿Dónde están esos puntos?

Punto G

El punto Gräfenberg, denominado así por el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, más conocido como punto G, es un área situada internamente detrás del pubis y alrededor de la uretra. Según sus defensores se trata de una zona erógena que, al ser estimulada, llevaría a la mujer a una fuerte excitación sexual.

Punto U

Debe su nombre a la proximidad con la uretra, situada entre el clítoris y la entrada de la vagina, y suele pasar bastante desapercibida, pero tiene una sutil sensibilidad que puede hacer disfrutar bastante a una mujer.

Punto A

El punto A de la anatomía femenina fue descubierto por el médico malayo Chua Chee Ann, en los años 90, mientras realizaba un estudio sobre la falta de lubricación en algunas mujeres. El doctor observó que varias de sus pacientes conseguían lubricar más y llegar al orgasmo estimulando una zona de la vagina interna situada a unos 7,5 centímetros de la entrada deesta, ya cerca de la vejiga y del útero.

Punto K

Es difícil llegar a él, tanto, que a este punto le llaman “el paisaje misterioso”. Quedaría en la zona final de la vagina, casi llegando al cuello del útero.

Aunque durante años se ha hablado del “Punto G” y, más tarde distintas marcas comerciales de juguetes eróticos han ampliado el mapa erótico femenino a los puntos eróticos anteriores, sexólogas de prestigio, como Laura Cámara, insisten en que tener esa “visión sobre el placer femenino es errónea”, sobre todo porque “todo el cuerpo es erótico en su conjunto y no hay que potenciar unos puntos erógenos exclusivos como fuente de placer para alcanzar el orgasmo”. 

La ginecóloga y sexóloga Myriam Ribes coincide con Cámara. “El abecedario completo del placer está en todo el cuerpo y no tenemos que centrarnos en los genitales exclusivamente ni estudiar geografía para tener sexo”. Como asegura la doctora y escritora, “cada persona es distinta y establecer los puntos “G”, “U”, “A” y “K” es no guardar una relación clara con la realidad.

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