
Por Clara Arrabal
23 de octubre de 2025Según las últimas encuestas del Ministerio de Sanidad, la salud mental ya es una de las principales preocupaciones de los jóvenes en España. Y no es para menos. Según los datos del Centro Reina Sofía de Fad Juventud, la mitad ha tenido ideas suicidas en algún momento de 2023 y casi el 60% ha experimentado problemas psicológicos en el último año.
Esta crisis sin precedentes de la salud mental juvenil en España llega en un momento en el que los servicios de psicología están mermados, las listas de espera siguen en aumento y hay una ausencia generalizada de profesionales especializados. Por ello, los expertos en salud mental alertan: si estos problemas se cronifican, el sistema será insostenible en un futuro cercano. “La ansiedad o la depresión no desaparecen solas, y cuando no se tratan bien, se hacen crónicas. Si no se actúa a tiempo, muchos de estos jóvenes seguirán necesitando ayuda en la edad adulta”, explica Yolanda Romero, psicoterapeuta y psicóloga infantil-adolescente.
Según la experta, las hospitalizaciones por trastornos mentales en adolescentes han pasado de tres de cada 100 a casi diez de cada 100 en los últimos veinte años y, concretamente por depresión, los ingresos se han multiplicado por doce, siendo niñas tres de cada cuatro casos. “También ha aumentado la ansiedad y el malestar emocional, y parte de este crecimiento se explica porque hoy se habla más, se detecta antes y hay menos miedo a pedir ayuda”, explica Yolanda Romero.
Uno de cada tres jóvenes con carencias materiales severas tiene ideaciones suicidas, duplicando la cifra de quienes no sufren carencias de ningún tipo.
Este incremento de los problemas de salud mental en jóvenes está relacionado con factores como la precariedad laboral, la desigualdad económica, la falta de acceso a servicios especializados o las redes sociales, que cada vez juegan un papel más importante. “La raíz de este aumento está en el modo de vida actual: demasiado ritmo y pantallas y poca conexión real. Los jóvenes viven con más presión, menos descanso y escasa tolerancia a la frustración. A esto se suman la comparación constante en redes, el aislamiento emocional, la falta de tiempo familiar y el sedentarismo”, afirma.
Ante esta realidad, el Sistema Nacional de Salud debe atender una demanda que “crece mucho más rápido que los recursos disponibles”, lo que influye de manera directa en las familias. “El aumento de jóvenes con problemas de salud mental está tensionando el sistema: hay más consultas, más urgencias y más ingresos hospitalarios que hace unos años”, insiste Yolanda Romero. De hecho, en 2021 el gasto en salud mental creció un 27 % y superó los 1.500 millones de euros, en gran parte por el incremento de los casos en adolescentes.
“Pero no es solo una cuestión de dinero”, apunta la experta. “Faltan psicólogos, psiquiatras y profesionales formados para poder atender con rapidez y calidad. En España hay unos cinco psicólogos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 de media europea”, justifica. Además, hace hincapié en que las naciones del entorno ya están avisando de que la demanda de atención psicológica se incrementará en las próximas décadas. “Si estos países, que cuentan con más medios ante tal presión, prevén un riesgo de saturación, nosotros que partimos con tres veces menos de profesionales necesitamos reforzar cuanto antes la prevención y el apoyo familiar para evitar la cronicidad”, advierte.
A día de hoy, el 55% de la población mayor de 15 años ya padece al menos una enfermedad crónica. Esto representa un importante desafío sanitario y económico ya que dichas patologías generan el 80% del gasto sanitario público y copan más del 70% de las consultas de Atención Primaria. Aunque entre las enfermedades crónicas más frecuentes todavía no figure ninguna relacionada con la salud mental, la prevención y detección precoz en edades tempranas será fundamental para evitar un colapso futuro del sistema sanitario.