Por Juan García
3 de julio de 2024En España tenemos unos horarios nada habituales en comparación con nuestros vecinos europeos, desde las horas para comer y cenar al horario de máxima audiencia de la televisión. El ritmo de vida del español promedio hace que acostarse tarde sea casi una norma para muchas personas. Sin embargo, el hábito de irse a la cama más tarde de la medianoche pasa factura a nuestro rendimiento a lo largo del día y, también, a la salud mental.
Así lo demuestra un reciente estudio publicado en la revista Psychiatry Research, que revela que las personas que se acuestan regularmente después de la una de la madrugada tienen más probabilidades de sufrir trastornos de salud mental como depresión y ansiedad en comparación con quienes se acuestan antes. En concreto, el estudio encontró que la posibilidad de recibir un diagnóstico relacionado con la salud mental se aumentaba entre un 20% y un 40% en las personas que se acostaban pasada esa hora.
Para llegar a estas conclusiones, el estudio analizó el cronotipo (ciclo natural del sueño y la actividad a lo largo del día de cada persona) de 74.000 adultos del Reino Unido. El coautor del estudio, Jamie Zeitzer, profesor del departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Universidad de Stanford, sugiere que el aislamiento asociado con el comportamiento nocturno podría ser un factor clave, y recomienda a los noctámbulos considerar ajustar sus horarios de sueño a horas más tempranas para mitigar este riesgo.
Sin embargo, la doctora Indira Gurubhagavatula, profesora de medicina en la división de Medicina del Sueño de la Universidad de Pensilvania apunta que el estudio tiene algunas limitaciones. En declaraciones al medio estadounidense Huffpost, señala que el cuestionario para evaluar el cronotipo era menos extenso que los habituales en esta clase de estudios y que los datos de diagnósticos de salud mental eran recopilados por médicos, “que pueden ser inexactos o incompletos”.
Los beneficios de descansar correctamente y en un horario adecuado están más que demostrados por la literatura científica. La Sociedad de Investigación del Sueño (SRS) y la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM) coinciden en que un adulto promedio debería dormir un mínimo de 7 horas por noche para gozar de buena salud. Otra de las recomendaciones de estas entidades para un correcto descanso es eliminar la exposición a pantallas de televisores y teléfonos entre 30 y 60 minutos antes de irse a dormir.
Otros estudios anteriores también han demostrado que dormir poco implica mayores riesgos de aparición de enfermedades cardiovasculares o incluso de muerte prematura por cualquier causa.
En conclusión, el estudio de Psychiatry Research apunta que, independientemente de las preferencias cronobiológicas de cada persona, lo recomendable a medida que se va envejeciendo es adelantar la hora de sueño, siempre antes de la una de la madrugada.