Por Aurora Molina
4 de marzo de 2024La ingesta de alimentos precocinados, dulces, azúcares, grasas saturadas y otros menos saludables puede provocar sobrepeso y, en última instancia, la obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Esta acumulación se calcula a través del índice de masa corporal (IMC) y, para que alguien tenga obesidad, su IMC será igual o superior a 30.
La forma en la que se alimentan las personas es una de las principales causas de todos estos problemas. Seguir una dieta saludable es fundamental para evitar enfermedades relacionadas con el sobrepeso y/o la obesidad. Sin embargo, tal y como apunta la nutricionista María del Mar Silva Rivera, “la sociedad asocia la palabra dieta con restricción y con pasarlo mal”, algo que no es correcto, ya que “la dieta de una persona es la forma en la que ésta se alimenta”. Por ello, es importante normalizar hablar de dieta y alimentación saludable con el fin de evitar rechazos a una buena alimentación. “Es un punto de vista que tenemos que empezar a corregir”.
Para hacer frente a una alimentación saludable, tal y como señala la nutricionista Silva Rivera, hay que “ingerir aquellos alimentos que nos proporcionan micronutrientes como las vitaminas, los minerales, los compuestos fenólicos… Es decir, todas las sustancias que nos ayudan a que nuestra vida sea lo más larga, saludable y provechosa posible”. Para conseguir llegar a este punto hay que dejar de lado la concepción de alimentarse únicamente a base de proteínas y/o carbohidratos. Ahora una alimentación correcta, según apunta la OMS y recoge Silva Rivera, “debe basarse en vegetales”. Una vez que ingerimos esta parte, “podemos añadir las proteínas que queramos. Si comemos así, nuestra dieta será correcta”, asegura.
Ahora bien, ¿qué nos hace ser obesos? Según señala Mar Silva Rivera, “somos obesos porque es un mecanismo de defensa que tiene el organismo frente a un exceso de energía. Nosotros no tenemos los mecanismos fisiológicos para seleccionar cuánta energía podemos utilizar. Cuando comemos alimentos, nuestro cuerpo absorbe toda la energía posible de ellos, por lo que, si no tenemos en cuenta el tamaño de la porción que ingerimos, al final absorberemos grandes cantidades de energía y eso es lo que nos lleva a ser obesos”.
Siguiendo el criterio de la nutricionista, el organismo presenta la obesidad como un mecanismo de defensa. Según apunta, nuestro cuerpo no está preparado para contener grandes cantidades de energía durante mucho tiempo, por lo que “ser conscientes del tamaño de la porción y los alimentos que elegimos es fundamental para evitar enfermedades como problemas cardiovasculares o la diabetes”.
La obesidad es un problema que afecta a miles de personas a nivel mundial, tanto adultos como niños. Por ello, más allá del debate de si es correcto hablar de dieta, alimentación o hábitos saludables, los expertos insisten en que la sociedad debe tener claro que lo más importante es evitar que esto suceda, con el objetivo de evitar enfermedades de todo tipo.
Los primeros días siempre son difíciles. Tomar la decisión de cambiar tu forma de comer, de alimentarte y dar un giro en tu vida de 180 grados no es sencillo. Sin embargo, estar en manos de un profesional es la vía más correcta para mejorar la nutrición a nivel personal y, posteriormente, la salud en general. “Lo primero que hay que hacer es averiguar la forma en la que come el paciente”, explica Silva Rivera.
Sobre esta forma de comer, “hay que poner las modificaciones necesarias para que pase a ser una alimentación saludable. Si el paciente tiene que perder peso, durante un tiempo ingerirá menos energía para que gaste la que tiene contenida”, añade. “Hay que basar la estructura de la alimentación en las cosas que hace bien y mejorar las que no”. Llegados a este punto, la nutricionista Silva insiste en que “no resulta tan complicado que la persona cambie esta forma de comer”, aunque señala que “las personas que acuden a consulta para perder peso no comen excesivamente mal. Quienes no lo hacen y les da igual, nunca van a ir a una consulta de nutrición”. Para Silva, ser conscientes de la comida y de cómo comer “debe ser un ejercicio educacional de la propia sociedad”.