Por Medicina Responsable
25 de abril de 2025Médicos y especialistas sanitarios aseguran que más del 90% de los menores de entre cuatro y diez años pasa más tiempo del recomendado delante de las pantallas, y han vuelto a advertir de que un uso excesivo provoca problemas en el desarrollo infantil.
Así se desprende del estudio de la Fundación Crecer Jugando y el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y del Ocio (AIJU), que afirma que más del 80% de los especialistas ha detectado un incremento de enfermedades asociadas a estos hábitos.
Como ha señalado el coordinador del departamento de Investigación Infantil y valores educativos de AIJU, Pablo Busó, con estos datos "se puede afirmar que España es una realidad apantallada a nivel de infancia".
El informe refleja la opinión de más de 60 profesionales entre los que hay pediatras, psiquiatras, neurólogos, oftalmólogos y nutricionistas, así como 334 familias con hijos de entre 0 a 17 años durante un periodo de tres años. "El problema es que los padres no saben a quién acudir, no tienen claro si deben ir al pediatra, al psicólogo o al neurólogo", ha postulado Busó.
El 95% de médicos encuestados relaciona esta sobreexposición con patologías como trastornos del sueño, ansiedad, sobrepeso, déficit de atención, miopía precoz y problemas de socialización, y subrayan que los menores no deben consumir pantallas antes de los 4 años y, a partir de esa edad, el incremento debe ser muy gradual.
La recomendación es que los menores de 4 años no pasen tiempo frente a las pantallas, que los niños de 4 a 6 años se expongan 20 minutos; para los de 7 a 9 un total de 40 minutos, y una hora para los de 10 a 12. No obstante, el 98% de los menores entre 10 y 12 años ya supera ese tiempo.
Además, el estudio revela que en 2025 el 91% de los niños entre 1 y 12 años superan el tiempo recomendado de exposición, frente al 75% en 2023. Esto aumenta en los grupos de 4 a 9 años, donde hasta el 98% están sobreexpuestos.
Como ha indicado la directora de comunicación de la Fundación Crecer Jugando, Maite Francés, "los niños no deberían estar frente a pantallas antes de los 4 años, debido a que su cerebro está en pleno desarrollo y necesita estímulos tridimensionales, no bidimensionales".
Por ello, ha argumentado que "el juego libre es el antídoto natural" frente al uso indiscriminado de pantallas y ha reclamado que se recupere el espacio lúdico tradicional como herramienta para el desarrollo emocional, cognitivo y social. "El juego libre está siendo desplazado por pantallas, y con ello se pierde una herramienta esencial para el desarrollo saludable", ha lamentado.
El estudio también indica que, aunque el 96% de las familias han manifestado establecer normas en el uso de las pantallas, un 71% de los encuestados reconoce que tienen dificultades para mantener la disciplina y el control en los tiempos.
Entre los principales motivos que dificultan el mantenimiento de normas sobre el uso de pantallas, el 41% de los padres reconoce que las utilizan como herramienta para gestionar el día a día (como en momentos de comida, trabajo o descanso), mientras que un 37% admite no poder supervisar siempre el tiempo que sus hijos pasan frente a ellas. También influyen las reacciones negativas de los niños al limitar su uso, la presión social del entorno y la falta de criterios comunes entre los adultos del hogar.
A pesar de ello, el 86% de las familias participantes en el estudio ha admitido que nunca han llevado a su hijo a un especialista por el uso de pantallas y su posible impacto en la salud, frente a un 14% que sí que ha consultado a profesionales.
Por todo ello, los profesionales han asegurado que es "urgente" una estrategia de prevención multidisciplinar. "La tecnología no es el problema, sino cómo, cuándo y para qué se usa", ha señalado al respecto la psiquiatra infantil y de la adolescencia en el Hospital Niño Jesús, Beatriz Martínez Núñez.
Asimismo, ha denunciado que hay un aumento preocupante de trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones y ansiedad en menores, en gran parte por la exposición a redes sociales sin supervisión. "Dejar a un niño una hora sólo con internet puede ser como soltarlo una hora en un entorno salvaje", ha declarado.