Por Julia Porras
30 de octubre de 2023En la actualidad, los seres humanos pasamos alrededor del 90% del día en interiores, bajo una iluminación eléctrica que es demasiado tenue durante el día y demasiado brillante durante la noche, debido a la luz artificial y al uso de las pantallas, en comparación con los ciclos de luz natural y oscuridad. Esto confunde a nuestros cuerpos y nos hace sentir mal.
Ahora, el estudio más grande sobre la exposición a la luz y su impacto en la salud mental, con casi 87.000 participantes provenientes del Biobanco del Reino Unido, ha demostrado que una mayor exposición a la luz diurna puede actuar como un medio no farmacológico para reducir el riesgo de psicosis, reduciendo en un 20% el riesgo de sufrir depresión. Además, según el estudio, una mayor exposición a la luz durante la noche aumenta el riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos como ansiedad, depresión, trastorno bipolar y de estrés postraumático, así como autolesiones, hasta en un 30%.
Estos hallazgos indican que la simple práctica de evitar la luz durante la noche y buscar una luz más brillante y natural durante el día podría ser un medio eficaz y no farmacológico para reducir los problemas graves de salud mental.
El estudio, dirigido por el profesor asociado Sean Cain, de la Facultad de Ciencias Psicológicas de Monash y el Instituto Turner para la Salud Cerebral y Mental de Melbourne, en Australia, ha sido publicado en la revista Nature Mental Health. "Nuestros hallazgos tendrán un impacto social potencialmente enorme", ha afirmado el profesor Cain. “Una vez que las personas comprenden que sus patrones de exposición a la luz tienen una poderosa influencia en su salud mental, pueden tomar algunas medidas sencillas para optimizar su bienestar. Se trataría de buscar exponerse a una luz brillante durante el día y buscar la oscuridad durante la noche”.
Los 86.772 participantes del estudio fueron examinados para determinar su exposición a la luz, el sueño, la actividad física y la salud mental. El profesor Cain ha explicado “que el impacto de la exposición a la luz nocturna también es independiente de la demografía, la actividad física, la estación y el empleo de las personas examinadas. Hemos tenido en cuenta el trabajo por turnos, el sueño, la vida urbana versus la rural y la salud cardiometabólica de los pacientes”.