Por Virginia Delgado
6 de noviembre de 2024El linfedema es una enfermedad que aparece cuando se produce una acumulación de líquido linfático en alguna zona de nuestro cuerpo, debido a una insuficiencia en el sistema de drenaje linfático. Afecta con mayor frecuencia a los brazos y las piernas, aunque puede ocurrir en la pared torácica, el abdomen, el cuello y los genitales. “Puede aparecer porque, en una zona, ese sistema linfático no existe o funciona mal, lo que conocemos como linfedema primario y, también, por una patología del paciente, como una infección parasitaria (la filariasis), traumatismos o cirugías para tratar tumores, como las linfadenectomías”, ha explicado a Medicina Responsable el doctor César Casado, responsable de la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Ruber Internacional.
Esta enfermedad afecta considerablemente a la calidad de vida de los pacientes, sobre todo, cuando afecta a las extremidades. En estos casos, se experimenta inflamación y dolor y se sufren infecciones en la extremidad. Evitar esta patología es imposible en sus formas primarias y muy complejo en la mayoría de las secundarias, por lo que el doctor insiste en que se debe procurar que la indicación de la intervención quirúrgica conocida como linfadenectomía y su relación riesgo-beneficio “sea valorada cuidadosamente por cirujanos y oncólogos. Si se realiza este procedimiento quirúrgico, está demostrado que los vendajes compresivos, el ejercicio físico, la dieta adecuada y los masajes de drenaje linfático limitan mucho la aparición de linfedemas incapacitantes”.
En los últimos años, a estos tratamientos convencionales y a las soluciones quirúrgicas clásicas, limitadas a eliminar los tejidos afectados a través de liposucción o resección directa de piel y grasa comprometida, se han unido las técnicas microquirúrgicas. “Consisten en aportar ganglios linfáticos microvascularizados allí donde faltan, cogiéndolos de otro sitio donde son prescindibles o derivando la linfa al sistema venoso, es decir, suturando vasos linfáticos de menos de un milímetro a venas, para que la linfa pase a la sangre en las extremidades y no se quede acumulado en ellas”, ha explicado el doctor Casado.
El responsable de la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Ruber Internacional ha destacado la dificultad de tratar el linfedema y la necesidad de abordarlo con un enfoque multidisciplinario. “Pese a las intervenciones quirúrgicas, el paciente debe seguir unas pautas muy importantes de ejercicios y hábitos de vida, por ello, se precisa la actuación de cirujanos plásticos, rehabilitadores, fisioterapeutas y nutricionistas, además de otros como médicos nucleares y radiólogos”, ha concluido el doctor.
César Casado, responsable de la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Ruber Internacional.