Por Andrea Martín
10 de marzo de 2025Un estudio reciente, publicado en la revista Science Advances, revela que la clave para mantener la agilidad mental con el paso de los años radica en el uso constante de habilidades cognitivas. La investigación, liderada por el profesor Eric Hanushek, de la Universidad de Stanford, señala que las capacidades intelectuales aumentan hasta los 40 años y luego comienzan a disminuir, salvo en aquellas personas que ejercitan regularmente su cerebro con actividades como la lectura y las matemáticas.
El equipo de investigadores analizó datos del Programa Internacional de Evaluación de las Competencias de los Adultos (PIAAC) en Alemania, que midió las habilidades de alfabetización y aritmética en una muestra representativa de adultos de entre 16 y 65 años. Los participantes fueron evaluados nuevamente tres años y medio después, lo que permitió estudiar la evolución de sus capacidades.
Los resultados indican que la media de las habilidades cognitivas crece hasta los 40 años antes de descender. Sin embargo, este deterioro no ocurre en aquellas personas que mantienen un uso constante de sus habilidades, ya sea en el trabajo o en su vida cotidiana. Especialmente, los trabajadores del sector terciario, como empleados de oficina con estudios superiores, mostraron un aumento constante de sus capacidades incluso después de los 40 años.
En contraste, quienes tienen un uso por debajo del promedio experimentan una mayor pérdida cognitiva con la edad, siendo las mujeres las más afectadas en términos de habilidades matemáticas.
El estudio destaca que actividades como leer con frecuencia y realizar cálculos matemáticos pueden actuar como un escudo protector contra el envejecimiento cerebral. Hanushek explica que la lectura no solo es una tarea intelectual, sino que también estimula la creatividad, la imaginación y el pensamiento crítico. Además, estos hallazgos refuerzan la idea de que una estimulación cognitiva constante podría ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas.
Este descubrimiento subraya la importancia del aprendizaje continuo y la educación a lo largo de la vida, especialmente en sociedades con una población envejecida. Como concluye el estudio: "El cerebro tiene un gran potencial para compensar los cambios relacionados con la edad, y la reserva cognitiva acumulada a lo largo de la vida puede actuar como un amortiguador frente al deterioro cognitivo".
En definitiva, ejercitar la mente no solo ayuda a mantenerse ágil en el presente, sino que también representa una inversión en la salud mental a largo plazo.