Por Virginia Delgado
16 de octubre de 2024La falta de lágrimas o la poca calidad de estas produce el síndrome del ojo seco. Los afectados, además de sufrir irritación y picor, pueden experimentar un excesivo lagrimeo e incluso afectarles a la visión.
Las condiciones ambientales y algunos hábitos del día a día son sus principales causantes. Entre ellos están las altas temperaturas, las exposiciones directas al sol, los ambientes secos producidos por los aires acondicionados o el uso continuado del ordenador, tablet y del teléfono móvil. “Cuando prestamos atención a estos dispositivos, se reduce la frecuencia del parpadeo, lo que conlleva que se prolonga el tiempo de renovación de la película lacrimal. Como consecuencia de ello, la zona ocular se seca e inflama”, ha explicado a Medicina Responsable el doctor el doctor Nabil Ragaei Kamel, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud Marbella y del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar.
Al afectar a la vista, en ocasiones de forma grave, el síndrome del ojo seco influye en la calidad de vida de las personas que lo sufren y, por ello, es necesario la visita a un oftalmólogo para su valoración y recomendar el tratamiento más adecuado. “Causa ardor, sensación de arenilla, legañas e incluso pérdida visual. Y, en último término, puede derivar en infecciones oculares y de las vías lagrimales”, ha comentado el especialista.
Hasta hace poco, la medicación, los masajes y el uso de calor eran lo más recomendado. Ahora, los expertos confían en el tratamiento de luz pulsada o IPL. “Es innovador. Los resultados son muy eficaces, ya que atenúa de manera inmediata los síntomas de sensación de ojo cansado, la comezón ocular y la visión borrosa", ha añadido el doctor Nabil Ragaei Kamel.
El IPL no es una cirugía, por lo que no se realizan incisiones. Es una técnica no invasiva que consiste en la aplicación de luz intensa por debajo del párpado inferior y con la protección de una gafa. El láser genera una ola de calor interno, que consigue disminuir la inflamación y estimular las glándulas de Meibomio (glándulas sebáceas de gran tamaño que se sitúan en las placas tarsales de los párpados). “Su finalidad es mejorar la circulación sanguínea, activando las terminaciones nerviosas encargadas de producir la grasa que necesita la lágrima para lubricar. El primer beneficio es que los pacientes minimizan el uso de colirios e incluso, en algunos casos, prescinden de ellos forma definitiva”, ha manifestado el oftalmólogo. El tratamiento se da en tres o cuatro sesiones, cuya duración en 15 minutos cada una.
Doctor Nabil Ragaei Kamel, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud Marbella y del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar.