El insomnio crónico se duplica en España en las últimas dos décadas

El insomnio crónico es un trastorno del sueño que se da con frecuencia en la población general. Se trata de una disminución de la capacidad que se posee para dormir, para mantenerse dormido o para lograr un sueño de buena calidad. Este ocurre durante tres o más noches por semana, puede llegar a prolongarse durante más de tres meses.

Según datos de un estudio liderado por la Sociedad Española de Sueño (SES), el insomnio crónico afectaba al 6,4% de la población española adulta durante los años 1998-1999 y, tras analizar los resultados de los años 2018-2019, se ha comprobado que esta situación afecta al 14% de la población adulta, es decir, alrededor de 5,4 millones de personas. En concreto, los resultados muestran que el insomnio crónico es mayor entre las mujeres que entre los hombres, 14.6% y 13.4% respectivamente, así como entre los adultos mayores de 55 años (17.9%) que entre la población más joven. La prevalencia, de hecho, baja hasta el 11.5% en los adultos de entre 35-54 años y hasta el 11% en el grupo de población entre 18 y 34 años. “La alta prevalencia del trastorno de insomnio crónico en España requiere una profunda reflexión sobre las causas de esta situación y la adopción de medidas preventivas y terapéuticas, ya que tiene un efecto negativo sobre la calidad de vida de las personas”, ha explicado el doctor Manuel de Entrambasaguas, neurofisiólogo experto en medicina del sueño del Hospital Clínico de Valencia y autor principal del estudio.

Los resultados del estudio permiten sospechar que hay muchas personas con trastornos del sueño no diagnosticadas y, por tanto, no tratadas, así como personas con síntomas de insomnio que no se han diagnosticado correctamente y que, por tanto, no han recibido el tratamiento adecuado. “En el sistema nacional de salud es escaso el número de unidades multidisciplinares de trastornos del sueño. Parte de este problema está en la falta de transversalidad en la atención sanitaria, basada en especialidades que no se comunican todo lo necesario entre sí, y en la falta de profesionales”.

De acuerdo con el experto, “hay que preguntarse sobre el estilo de vida, dado que el insomnio se relaciona con la hiperactivación, el encontrarse constantemente en una situación de huida o lucha y sintiendo una amenaza constante”. Por ello, hace hincapié en la importancia de investigar sobre la desigualdad y precariedad laboral, la conciliación familiar o la soledad, entre otros. “Es importante saber si podemos y sabemos desconectar, encontrar tiempo para la reflexión, el autocuidado y las buenas relaciones interpersonales”.

El abordaje de este trastorno

Según los datos del estudio, el 9,3% de las personas entrevistadas afirmó tomar medicación con receta para dormir, siendo los fármacos más consumidos lorazepam, diazepam, lormetazepam y zolpidem. De la misma forma que con la prevalencia, el uso de medicamentos para dormir fue superior en los adultos mayores y en las mujeres respecto a los hombres. “Un dato interesante del estudio es que el tratamiento farmacológico no era eficaz en el 25% de las personas que los consumían, ya que seguían durmiendo mal, mientras que el 18% pensaba que no tendría problemas para dormir si no tomara esa medicación, pero la continuaba tomando. Estos datos alertan sobre la falta de seguimiento y control de estos tratamientos”, explica el doctor Entrambasaguas

Los expertos han remarcado que el tratamiento de inicio recomendado para cualquier persona adulta con trastorno de insomnio crónico es la terapia cognitivo-conductual (TCC-I), es decir, una terapia psicológica. Este es el tratamiento que ha mostrado mayor eficacia incluso a largo plazo que los fármacos habitualmente empleados en el tratamiento del insomnio y, además, sin sus efectos secundarios.

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