Por Virginia Delgado
12 de agosto de 2025El uso prolongado de bañadores mojados, la sudoración y los baños frecuentes durante el verano provocan que las infecciones del tracto urinario (ITU) aumenten. Según la ginecóloga y obstetra del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario y responsable de su Unidad de Diagnóstico Prenatal, Maricruz González Álvarez, el incremento puede ser de hasta un 30%. “La humedad en la zona urogenital afecta a la proliferación de patógenos que alteran la flora vaginal provocando estas infecciones”, explica.
Los síntomas más habituales son el dolor o ardor intenso al orinar, un aumento de su frecuencia y micciones muy escasas, molestias en la zona central de la pelvis y orina turbia o con sangre. “Cuando aparece un cuadro clínico como este hay que consultar con el médico de Atención Primaria para que valore la realización de una prueba rápida de orina junto con un urocultivo, y dé comienzo, si está indicado, al tratamiento antibiótico”, indica la doctora.
Por otro lado, la ginecóloga y obstetra señala que en las mujeres hay dos poblaciones especialmente sensibles: las embarazadas y las pacientes menopáusicas. En las primeras las infecciones del tracto urinario pueden provocar un aumento de complicaciones obstétricas. En cuanto a las segundas, al tener menos flujo en la vagina cuentan con un menor número de lactobacillus, que son las bacterias que protegen el área urogenital.
Para evitar las infecciones del tracto urinario, la doctora González aconseja beber “al menos” dos litros de agua al día, ir al baño con frecuencia, no aguantarse y orinar después de tener relaciones sexuales. Asimismo, recomienda evitar el uso de ropa muy ajustada, sobre todo si está mojada, seguir la dieta mediterránea. “Es la que mejor mantiene el sistema inmune porque provee de una fuente extra de agua en forma de frutas y verduras y mejora el tránsito intestinal”, concluye la doctora, que también indica el uso de complementos alimenticios como los que combinan D-Manosa, una sustancia que evita la adherencia bacteriana a la mucosa vesical, y cepas de lactobacillus específicos, que restauran la flora vaginal y la salud del área urogenital.