El reto de las mamas densas para el cribado del cáncer

El cáncer de mama es el tumor más diagnosticado en mujeres en todo el mundo y se estima que alrededor del 30% de los cánceres que se detectan en mujeres se originan en la mama. Esta importante prevalencia en la población femenina ha motivado un aluvión de investigaciones, con significativos avances en los métodos de detección precoz y en los tratamientos. Sin embargo, existe un último reto para el diagnóstico del cáncer de mama, las mamas densas que, por su estructura, complican la detección de tumores.

El cribado de cáncer de mama es una herramienta eficaz que se utiliza para mejorar el pronóstico y reducir la mortalidad. El modelo actual de cribado en España está basado en diferentes métodos de imagen, desde la mamografía con contraste hasta la resonancia de mama. Sin embargo, tener mamas densas disminuye la sensibilidad de la detección del cáncer en una mamografía.  

De acuerdo con el doctor Alejandro Tejerina Bernal, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y secretario de la Sociedad Española de Diagnóstico por la Imagen de la Mama (SEDIM), “la mamografía ha demostrado una disminución en las tasas de mortalidad por cáncer de mama, pero este éxito no depende solo de la evolución de esta prueba sino de la concienciación de las mujeres en la participación en estos programas. Por otro lado, la sensibilidad de la mamografía depende de varios factores y uno de ellos es la densidad mamaria. En las mamas más densas la sensibilidad disminuye y por tanto la capacidad de detección es menor”.

Este tipo de mamas presentan un discreto mayor riesgo de cáncer que las más grasas y, además, en estas mamas se puede producir un factor de enmascaramiento que puede ocultar lesiones que no son visibles en mamografía.

Técnicas más precisas

El estudio Dense, publicado en Holanda en 2019, analizó la necesidad de realizar un cribado adicional para la detección del cáncer de mama en mujeres con mamas extremadamente densas y con un resultado negativo en la mamografía de cribado. Los resultados demostraron que la resonancia magnética (RM) con medio de contraste podría mejorar el diagnóstico de cáncer de mama en mujeres con este tipo de mamas.

El doctor Tejerina explica que técnicas de diagnóstico como la tomosíntesis (mamografía realizada tridimensionalmente), la mamografía con contraste y la resonancia magnética se han incorporado al espectro de técnicas para el estudio del cáncer de mama, “debiendo ser empleadas en un orden concreto y con una indicación adecuada para cada caso”, puntualiza.

En el estudio Dense demostraron que la realización de la RM complementaria a una mamografía negativa permitió detectar 16,5 casos de cáncer de mama adicionales por cada mil cribados.

Por otro lado, la incorporación de software de inteligencia artificial (IA) ayuda a los radiólogos en el diagnóstico, disminuyendo la probabilidad de error y aumentando la capacidad de detección.  “El avance en las técnicas de imagen y de los métodos intervencionistas (biopsias mamarias percutáneas) aumenta la sensibilidad y especificidad en el diagnóstico por imagen del cáncer de mama”, subraya el doctor Tejerina. Todo esto unido a la continua preparación de los profesionales sanitarios y los avances en los tratamientos médicos conllevará a una mejora en la supervivencia de las pacientes.

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