Por Medicina Responsable
4 de agosto de 2025Desde mediados del siglo pasado, la producción de plástico a nivel global se ha multiplicado por 200, pasando de 2 megatoneladas en 1950 a 475 según los últimos datos. Las previsiones para las próximas tres décadas apuntan que esta cifra podría al menos duplicarse, generando una creciente cantidad de residuos que afectan directamente a la salud humana, más aún teniendo en cuenta que solo el 10% se reciclan.
Tras la firma en 2022 del Tratado Mundial sobre Plásticos por los estados miembro de la ONU, un grupo internacional de expertos ha puesto en marcha un sistema de monitoreo global independiente sobre distintos indicadores sobre el impacto de los plásticos en la salud: “La cuenta atrás de The Lancet sobre salud y plásticos”. Esta iniciativa identificará, rastreará e informará periódicamente sobre un conjunto de indicadores representativos geográfica y temporalmente que monitorean el progreso hacia la reducción de la exposición a los plásticos y la mitigación de sus daños para la salud humana y del planeta.
"Queremos concienciar a la gente de que el plástico no es tan seguro, tan cómodo ni tan barato como creen. Los plásticos se fabrican a partir de combustibles fósiles, contaminan los alimentos y el agua, están relacionados con muchas enfermedades humanas y suponen unos costes elevados en atención médica y daños medioambientales", ha manifestado Philip Landrigan, coautor y profesor de Biología del Boston College Philip Landrigan, además de director del Observatorio Global sobre Salud Planetaria.
Desde los envases y envoltorios de la comida, hasta muebles, utensilios y demás objetos en contacto con nuestra piel, el plástico es un elemento que se encuentra ampliamente en todo nuestro entorno. Desde los cepillos de dientes o las tablas para cortar alimentos, restos de plástico se introducen en el cuerpo y se dispersan por todo él. Los plásticos están relacionados con numerosas enfermedades y la contaminación por su acumulación es una gran amenaza para la salud pública, habiendo unas 8.000 megatoneladas de residuos en todo el planeta.
La profesora agregada en la Universitat de Barcelona, ICREA Academia, Ana Sanchez-Vidal, subraya en declaraciones recogidas por el SMC que ya “se dispone de datos suficientes para afirmar que estos daños son significativos, y se cuenta con información suficiente sobre las tendencias de producción de plásticos para anticipar que, en ausencia de intervención, la situación empeorará”. No obstante, los expertos señalan que estos efectos “no son inevitables”. “Los daños de los plásticos pueden mitigarse de manera rentable mediante leyes y políticas basadas en evidencia, con seguimiento transparente, implementadas eficazmente y financiadas adecuadamente”, propone el estudio de The Lancet.
Así, el artículo hace un llamamiento “para prestar mayor atención a los impactos en la salud humana de los micro y nanoplásticos, así como de los múltiples compuestos químicos que se le añaden”, señala Sanchez-Vidal.
El catedrático de Ingeniería Química del departamento de Química Analítica, Química Física e Ingeniería Química de la Universidad de Alcalá, Roberto Rosal, también suscribe la necesidad de vigilar los efectos del plástico sobre la salud, destacando que el artículo describe “aspectos importantes, como la falta de transparencia respecto a las sustancias químicas presentes en los plásticos como aditivos, muchos de las cuales carecen de datos toxicológicos o ecotoxicológicos”. Sin embargo, también ve un exceso de “alarmismo” en ciertas afirmaciones, como que el plástico provoca “enfermedades y muerte desde la infancia hasta la vejez”. Por ello, destaca la suma importancia que plantea el problema de la contaminación por plásticos y de concienciar y trabajar en abordar soluciones “sin exagerar sus efectos negativos”.