Por Virginia Delgado
28 de febrero de 2025Aunque no estamos en Halloween, sino en Carnaval, un disfraz nos puede dar un buen susto. Y no porque nos dé miedo, sino porque puede no cumplir con los estándares de calidad requeridos o tener artículos tan peligrosos que pueden llegar a suponer un riesgo para quien lo lleva puesto.
Por ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanza una serie de consejos, que conviene tener en cuenta, sobre todo, si disfrazamos a niños.
En primer lugar, la entidad recomienda que los disfraces tengan el marcado “CE”. Y es que este símbolo es el que nos indica que el fabricante o responsable legal declara, bajo su responsabilidad, que el producto ha superado un proceso de evaluación y que cumple los requisitos de seguridad y salud que vienen recogidos en el reglamento. “Aunque esto implica, entre otras cosas, que no es inflamable, no está de más mantenerse lejos de velas, bengalas, petardos o mecheros, además de las chimeneas y estufas”, han recalcado desde la OCU.
También, la organización aconseja no vestir a menores de tres años con disfraces que tengan cintas, cordones y accesorios punzantes, y evitar adornos y espumas que puedan romperse. “Así no habrá atragantamientos”, han añadido.
En cuanto al lugar de la venta, piden priorizar las tiendas especializadas a los marketplace de Internet, ya que en estos hay menos controles. Por otro lado, recomiendan comprobar que en el etiquetado figure la dirección del fabricante o importador.
Antes de su primera puesta, la OCU sugiere lavar el disfraz o airearlo 48 horas antes “para evitar la concentración de sustancias potencialmente peligrosas”. Respecto al uso de lentillas de fantasía, pide que se adquieran en una óptica para que un profesional las supervise y garantice que no se pone en riesgo la salud de los ojos.