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Día Mundial del Corazón

“Comer bien y no pasar mucho tiempo sentado”: el antídoto de un experto para tratar bien el corazón

Entre los riesgos a los que se enfrenta este órgano, se encuentran la obesidad, la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes tipo 2, tabaquismo y el sedentarismo

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“Comer bien y no pasar mucho tiempo sentado”: el antídoto de un experto para tratar bien el corazón
Fotografía de David Buchebner.

Por Clara Arrabal

29 de septiembre de 2025

“No rompas más mi pobre corazón” de Coyote Dax o “Corazón partío” de Alejandro Sanz son solo algunas de las millones y millones de canciones que hablan sobre uno de los mayores problemas que asociamos con el corazón: el mal de amores. Sin embargo, mucho más allá del amor, existen múltiples riesgos que pueden dificultar el buen funcionamiento de este órgano. Y eso no te lo cuentan las canciones, sino los expertos: científicos, sanitarios, investigadores...

El corazón es uno de los órganos más estudiados del cuerpo humano. Sin embargo, las enfermedades que trae consigo siguen siendo la principal causa de muerte. Entonces, ¿lo estamos cuidando correctamente? Para contestar a esta pregunta, Medicina Responsable ha contactado con David Buchebner, director de control de calidad y médico especialista en medicina interna y endocrinología en Yazen: “La combinación de pasar más tiempo sentado y comer mal está aumentando las tasas de enfermedades metabólicas, que afectan directamente al corazón”, afirma, haciendo referencia a patologías como la obesidad.

 Más allá del amor

Según el experto, los principales riesgos para este órgano “no han cambiado mucho” respecto a otras décadas. “Obesidad, hipertensión arterial, colesterol alto, diabetes tipo 2, tabaquismo y, por supuesto, un estilo de vida sedentario”, comenta, son algunos de los principales factores que perjudican a nuestro corazón.

Concretamente, los problemas más comunes son la cardiopatía isquémica (como los infartos), la insuficiencia cardíaca y las arritmias, que, según Buchebner, “suelen desarrollarse sobre la base de afecciones como la hipertensión arterial, la obesidad o la diabetes” y que a menudo están relacionados entre sí, ya que el sobrepeso y la resistencia a la insulina “crean un entorno metabólico que daña gradualmente las arterias y el músculo cardíaco”.

El impacto de estas patologías

Según los datos de la Sociedad Española de Cardiología, en España se produjeron más de 125.000 muertes y más de 5 millones de estancias hospitalarias por enfermedades cardiovasculares el pasado 2024, lo que constituye la primera causa de muerte y hospitalización. Además, hay un gran número de personas que, asintomáticas, están en grave riesgo de tener un evento cardiovascular por contar con dos o más factores de riesgo, ya que en el 60% de los casos estas circunstancias prevenibles no se controlan adecuadamente.

En este sentido, el experto advierte que “los hombres suelen tener problemas a una edad más temprana, mientras que las mujeres los desarrollan más tarde y a menudo con síntomas más sutiles”. Esto se debe a que las enfermedades cardiovasculares afectan tanto a hombres como a mujeres, pero no de la misma manera, resultando especialmente preocupante que, en las mujeres, la obesidad y la diabetes conllevan un riesgo relativo aún mayor que en los hombres. “Por eso son tan importantes la prevención y la actuación temprana, y lo ideal es que el enfoque se adapte al perfil de riesgo de cada persona”, añade Buchebner.

La prevención como gran aliado

Siguiendo en la misma línea, el experto apuesta por identificar y tratar patologías como la obesidad de forma temprana, lo que se traduce en “más acceso a medicamentos modernos, más modelos de atención digital y continuada o una ampliación de los programas que combinan apoyo en materia de estilo de vida, dieta y ejercicio”. Además, aboga por tratar estas causas en lugar de reaccionar ante la enfermedad en fase avanzada para poder prevenir gran parte del sufrimiento. “Tratar las enfermedades cardíacas después de que se desarrollen es caro y, a menudo, menos eficaz. Con las herramientas de las que disponemos hoy en día —médicas, digitales y conductuales— podemos pasar por fin de reaccionar a prevenir y eso supone una gran oportunidad”, añade, haciendo hincapié en que en la actualidad disponemos de más recursos que nunca para luchar contra estas dolencias.

"Muévete más”, un consejo de experto

Por último, Buchebner nos desvela la clave para no tener un “corazón roto”: “El primer paso es sencillo. Muévete más. La actividad diaria es tan importante como el ejercicio planificado”, explica. Y por actividad diaria se refiere a pequeños hábitos cotidianos como caminar, subir escaleras o añadir actividades como montar en bicicleta; además de dormir bien, controlar el estrés, llevar una dieta equilibrada y tener un peso saludable.

El segundo paso: cuidar la alimentación. “Los alimentos ultraprocesados suelen estar repletos de calorías, azúcar, sal y grasas poco saludables y ofrecen escaso valor nutricional”, afirma. Además, con el tiempo aumentan el riesgo de obesidad, diabetes e hipertensión arterial, todas ellas afecciones perjudiciales para el corazón. Por ello, apuesta por la dieta mediterránea, “que sigue siendo el estándar de referencia para la salud cardiovascular. Mucha verdura, fruta, legumbres, pescado, aceite de oliva y cantidades moderadas de cereales integrales", concluye. 



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