Por Juan García
12 de agosto de 2025El verano marca la llegada de la temporada alta de riesgo de incendios forestales, habiendo en estos momentos en España varios focos que preocupan en diversos puntos del país. Tarifa, Toledo, Tres Cantos en Madrid, la comarca de El Bierzo, Zamora y Ourense mantienen focos activos con importantes pérdidas naturales y también humanas, tras el fallecimiento de un hombre en Madrid con quemaduras en el 98% de su cuerpo. El incendio de Tres Cantos en las inmediaciones de sede de la farmacéutica Normon con varias detonaciones durante la madrugada ha llevado a la compañía a aclarar que no se han visto afectadas sus instalaciones, aprovechando para agradecer la labor de quienes continúan trabajando para sofocar las llamas.
Bomberos y servicios de emergencias trabajan sin descanso en estos puntos para controlar la propagación de los incendios y tratar de minimizar las pérdidas materiales, naturales y humanas. Son estampas que desgraciadamente se repiten cada año por estas fechas, pero que se ven propiciadas por ciertas tendencias geográficas y el impacto de la acción humana, según indican los expertos. La catedrática de Análisis Geográfico Regional en la Universidad Complutense de Madrid, Cristina Montiel, apunta en declaraciones recogidas por el SMC que la simultaneidad de estos incendios es “inevitable” en el contexto de esta ola de calor. La investigadora constata que, aunque es lo “esperable”, “no podemos considerarlo normal ni aceptable porque no lo son las causas que están provocando este cambio climático”. Así, incide que, aunque el calor característico del verano siempre va a ser un factor de riesgo, “lo que se sale de lo habitual son los registros extremos de temperaturas, que están generando este riesgo de grandes incendios simultáneos, por lo que se conoce como sequía térmica o flash drought, provocada por el impacto concentrado y prolongado del calor en la vegetación y en el suelo”.
Un diagnóstico en el que coincide Adrián Regos, investigador posdoctoral Ramón y Cajal en la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC). “Las olas de calor en verano son habituales, aunque los registros recientes muestran un aumento en su frecuencia, duración e intensidad. Esto genera condiciones meteorológicas muy favorables para la propagación del fuego, especialmente si la ignición se produce en zonas con alta carga de combustible (vegetación), lo que dificulta el control del incendio”, apunta el experto.
A esta explicación, el investigador en ecologismo y pirogeografía de la Universidad de Lausana (Suiza), Víctor Fernández García, añade otra causa que propicia los incendios forestales. La despoblación y el abandono de los entornos rurales en zonas como Galicia o Catilla y León han conducido a un abandono de las prácticas tradicionales del monte que han reconfigurado los paisajes, “haciéndolos más propensos a grandes incendios forestales”.
La evolución que se espera durante los próximos años y décadas de un progresivo aumento de las temperaturas debido al cambio climático, lo que dibuja un pronóstico poco halagüeño en materia de incendios. Sin embargo, para Montiel reconoce y aplaude el elevado grado de preparación frente a estas emergencias. “Afortunadamente, la preparación y actuación del sistema operativo de defensa, junto con un magnífico sistema de información meteorológica y del estado del combustible, están permitiendo gestionar esta crisis de emergencia con una profesionalidad y eficacia extraordinarias”, señala.
Con buena parte del país pendiente de la evolución de los incendios y las alertas activas ante la aparición de nuevos focos, la prevención es la mejor arma para minimizar los daños. Por ello, un mantenimiento adecuado del paisaje natural y la puesta en marcha de pedidas para paliar los efectos del cambio climático son esenciales en este ámbito.