Por Andrea Martín
14 de mayo de 2024La Comunidad de Madrid abre hoy miércoles sus piscinas públicas de verano. El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco Serrano, ha subrayado que “este año hemos querido abrirlas coincidiendo con las fiestas de San Isidro, para ofrecer una alternativa más de ocio a los ciudadanos”.
Así, durante casi cuatro meses, hasta el 5 de septiembre, estarán disponibles las instalaciones del Canal de Isabel II, Centro de Natación Mundial 86 (M86), San Vicente de Paúl y Parque Deportivo Puerta de Hierro, todas ellas ubicadas en la capital.
Bañarse, ya sea en la playa, en la piscina o en un río, es todo un ritual del verano. Paliar el calor se convierte en un imprescindible cuando las altas temperaturas sacuden al país. No obstante, todos estos espacios, que se convierten en un área recreativa para los más pequeños, también suponen un riesgo para su salud.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2019 murieron alrededor de 236.000 personas por ahogamiento en el mundo y, solo en España, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 fallecieron 510 personas a consecuencia de sumersión y ahogamiento en medio acuático. Y es que los ahogamientos son un importante problema de salud pública. Los principales factores de riesgo relacionados con este tipo de accidentes son, principalmente, la adopción de conductas peligrosas, los momentos de relajación en la vigilancia de menores, bañarse en zonas sin vigilancia, el consumo de alcohol y otras drogas cerca o dentro del agua, las condiciones médicas como la epilepsia o los turistas no familiarizados con las particularidades de las aguas locales. Además, es importante recordar que se debe tener especial atención tanto con personas mayores como con menores de edad.
Las recomendaciones de los expertos para evitar estas consecuencias son las siguientes:
Los efectos beneficiosos del sol son muchos. Aparte de tener propiedades terapéuticas para algunas enfermedades dermatológicas y ayudar al organismo a generar vitamina D, fundamental para la mineralización de los huesos, aporta defensas a nuestro cuerpo y regula la producción de melatonina, hormona que ajusta los ciclos del sueño. Sin embargo, la luz ultravioleta del sol puede causar daños en la piel, por eso es necesario tomar las precauciones necesarias para protegernos correctamente del sol.
Entre las recomendaciones básicas se encuentra el uso de fotoprotectores que crean una barrera protectora entre la piel y los rayos ultravioleta del sol. La radiación solar traspasa también las nubes, por lo que debemos protegernos incluso aunque no haga sol. Además, hay que tener en cuenta que el agua, el roce de la ropa, el sudor o la arena reducen la efectividad de la crema solar. Por eso, se debe reaplicar con frecuencia (cada dos horas, más o menos) y siempre después del baño, en cuerpo y rostro. Por otro lado, también es importante que después de la exposición al ser se haga uso de una crema hidratante adecuada para hidratar en profundidad, calmar y regenerar la piel.