
Por Juan García
10 de diciembre de 2025La negociación del Estatuto Marco se encuentra en un punto muerto, con dos huelgas convocadas desde distintos frentes sindicales. La de los médicos, que tiene lugar esta semana, y la del resto de sindicatos del Ámbito de Negociación, indefinida a partir del 27 de enero todos los martes. Por su parte, desde las comunidades autónomas también han aflorado las críticas ante la propuesta y el proceso de negociación. Aunque existen considerables discrepancias entre estos actores, todos coinciden en mostrar su rechazo a la propuesta. Esta divergencia de posturas ha convertido la negociación en un juego de equilibrismos para Sanidad, que sigue manteniendo su voluntad de sacarlo adelante y defiende que se han incluido todas las mejoras posibles, a pesar del rechazo colectivo. Con este objetivo, Sanidad se reunirá mañana de nuevo con el comité de huelga médica, según ha podido confirmar Medicina Responsable.
La última propuesta trasladada por el departamento que dirige Mónica García no ha satisfecho las demandas de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), sindicato convocante del paro de facultativos esta semana. Aunque reconocen ciertos avances, desde este sindicato piden la retirada de la norma y volver a la casilla de salida para buscar un texto de consenso, algo que también han pedido desde el Partido Popular. Un consenso que es precisamente el principal escollo de esta norma, por el enfrentamiento de intereses que en algunos casos parecen irreconciliables entre sí. Tras cerca de un año de negociaciones, esta norma que regula las condiciones laborales de todos los profesionales sanitarios sigue encallada en los mismos focos de conflicto desde hace meses, tras reuniones infructuosas y propuestas que se quedan cortas a ojos de los sindicatos.
Mientras los representantes de los facultativos insisten en reclamar un ámbito propio de negociación y una norma que reconozca las “singularidades” de la profesión, tanto el Ministerio como el resto de organizaciones sindicales rechazan esta petición. Sanidad ha cerrado la puerta en reiteradas ocasiones a esta reclamación por considerar que rompe con la cohesión y la visión multidisciplinar del trabajo sanitario en equipos, aunque ha ofrecido ciertas mejoras en un nuevo documento presentado al comité de huelga.
Por su parte, entre los sindicatos del Ámbito (el cauce oficial de negociación de esta norma) no han sentado bien los acercamientos del Ministerio a los sindicatos médicos, y reprochan que mantenga “negociaciones paralelas” fuera del canal de discusión.
Este descontento era uno de los motivos que esgrimieron los sindicatos SATSE-FSES, FSS-CCOO, UGT, CSIF y CIG-Saúde para convocar una huelga indefinida cada martes a partir de finales de enero, al que se suma el descontento con otras reclamaciones pendientes. Entre ellas se encuentra la reclasificación profesional, que supone otro de los grandes focos de desencuentro entre sindicatos médicos y los del ámbito.
Las organizaciones médicas discrepan con el modelo propuesto, por incluir a enfermeras especialistas en el mismo escalafón profesional que los médicos. Sin embargo, para el sindicato de enfermería SATSE esta es una reivindicación histórica que también cuenta con el respaldo del resto de organizaciones sindicales generalistas y sanitarias, pidiendo llevarla más allá con un acuerdo retributivo ligado a esta nueva clasificación, algo que Sanidad también descarta.
Los sindicatos médicos argumentan esta petición por la falta de representación que consideran que tiene el colectivo en las negociaciones y piden reconocer el mayor grado de responsabilidad y de formación de los facultativos, denunciando el malestar acumulado entre los profesionales por el “maltrato institucional” a su colectivo. Por su parte, las organizaciones del Ámbito subrayan la búsqueda de una norma común para todos los sanitarios “sin excepciones ni discriminaciones”.
La regulación de la jornada laboral, las guardias, la dedicación exclusiva a la sanidad pública para jefes de servicio, la reclasificación profesional y la petición insatisfecha de una regulación propio son los principales motivos de indignación entre los médicos, mientras que el resto de sindicatos pone el foco en cuestiones como la jubilación anticipada, la implantación de la jornada laboral de 35 horas y la aplicación de incentivos y cuestiones relativas a la movilidad de los profesionales.
A esta quiebra entre los representantes de los médicos y del Ámbito se suma el cisma entre los sindicatos médicos, que si bien suscriben la huelga unánimemente, lo hacen por separado. De un lado, la CESM y el SMA, y del otro
Sanidad viene defendiendo que su propuesta recoge todas las demandas sindicales hasta donde alcanza su rango de acción, justificando la exclusión de demandas pendientes como las retribuciones por ser competencia autonómica. Las propias comunidades aportaron sus alegaciones al borrador de Sanidad, eliminando algunos aspectos que para los sindicatos empeoraron el texto y lo dejaron “vacío de contenido”, por tratarse de aspectos que chocaban con su capacidad de regulación sanitaria.
Durante la negociación, desde las Consejerías, especialmente las gobernadas por el Partido Popular, han mostrado su desacuerdo con la forma de negociar del Ministerio, criticando que no les hayan dejado tomar un papel más activo.
El tema de las retribuciones también es otro motivo de desencuentro, pues si bien Sanidad y las comunidades consideran que no tiene cabida en el Estatuto, desde los sindicatos proponen fórmulas para dar cumplimiento a sus demandas. Los sindicatos médicos apuntan, al contrario que Sanidad, que se podría establecer una remuneración de las horas de guardia por encima de la hora ordinaria, puesto que es un tema de “concepto” y no de cantidad. Además, los sindicatos del Ámbito reclaman un acuerdo de mejora salarial ligado a la reclasificación profesional, aunque sea fuera del redactado del Estatuto.