
Por Juan García
9 de diciembre de 2025Terminado el puente de diciembre, los cuadros médicos en muchos centros de salud y hospitales se van a mantener en líneas similares a las de estos días festivos debido a la huelga médica. Convocados por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y con el apoyo de los sindicatos autonómicos de facultativos, los médicos de toda España están llamados desde este martes y hasta el próximo viernes al paro en rechazo a la modificación propuesta por el Ministerio de Sanidad del Estatuto Marco.
Aunque la atención a las urgencias está garantizada, los pacientes que acudan hoy a consultas programadas pueden encontrarse con que su cita esté cancelada por la falta de su médico. En estos casos, es probable que los pacientes no puedan conseguir reagendar su cita el mismo día, dado que la convocatoria de cuatro días complica la previsión de cuándo retomarán su agenda los facultativos.
Coincidiendo con la escalada de casos de gripe e infecciones respiratorias, este paro hace tambalear las agendas de los centros sanitarios que ya de por sí comienzan a mostrar síntomas de saturación en algunos casos. Ante esta convocatoria, las comunidades autónomas han decretado sus servicios mínimos, que pasan en muchos casos por garantizar una plantilla como la que hay en días festivos. Algunas consejerías, como la de Comunidad Valenciana, han puesto cifras al impacto de esta primera jornada de huelga: más de 8.000 consultas, 6.000 pruebas y 200 cirugías han sido suspendidas a causa del paro. Por su parte, el Gobierno de Aragón ha apuntado que se han cancelado 180 procedimientos quirúrgicos durante la mañana, mientras que en Baleares los cifran en 72.
Para las gerencias de hospitales y centros de Atención Primaria (AP) esta situación supone un quebradero de cabeza para cuadrar turnos y compaginar el derecho a la huelga de los profesionales con la atención sanitaria a la población . El establecimiento de estos servicios varía en función de la especialidad, de manera que en los servicios de urgencias, cirugía, anestesias y vigilancia intensiva tienen unos servicios mínimos mucho más elevados. Aunque los médicos no comunican si secundan la huelga o no, para asegurar que se cuente con los efectivos necesarios, la gerencia de los centros comunica a los trabajadores con una semana de antelación qué días les toca cubrir los servicios mínimos y, por tanto, no pueden hacer huelga. Además, los turnos de guardia tampoco se ven afectados por la huelga y se mantienen exactamente como estaba previsto. Los administrativos son los encargados de gestionar los tapones de pacientes que se originan a consecuencia de la huelga.
La decepción con la regulación de las guardias, que sigue manteniendo su remuneración por debajo de la hora ordinaria y con unos límites insuficientes para los sindicatos; así como la reclasificación profesional de las categorías de sanitarios, son los principales motivos de rechazo de los médicos. “El Estatuto Marco atenta contra la dignidad del colectivo médico”, señala a Medicina Responsable un médico que suscribe hoy el paro. Para este facultativo, el mayor agravio de esta norma viene por equiparar a médicos y enfermeras especialistas en la misma categoría, “cuando son profesiones completamente distintas, con preparación y grados de responsabilidad diferentes”
La particularidad del Estatuto Marco es que plantea las condiciones básicas a nivel de regulación laboral de los sanitarios en España. El reparto de culpas en la administración ha sido otro motivo de discusión interna para los médicos, pues la huelga afecta en la práctica a los servicios de salud autonómicos, aunque la protesta es contra el texto promovido por el Gobierno central.
Al estar la gestión del sistema sanitario transferido a las comunidades autónomas, los difusos límites competenciales dan lugar a desencuentros entre los agentes negociadores: Ministerio, comunidades autónomas y sindicatos.
Los médicos ya habían expresado su rechazo al texto propuesto por Sanidad, y tras incluir algunas alegaciones de las comunidades, el descontento fue aún mayor. Los sindicatos discrepan de que no se puedan incluir algunas de sus demandas por invadir competencias autonómicas, y plantean alcanzar acuerdos que recojan sus demandas, aunque no sea explícitamente en el redactado del Estatuto.
Las diferentes organizaciones convocantes afrontan este paro juntos, pero no revueltos. La profesión médica ha estallado de forma unánime frente a la propuesta de Sanidad para reformar el Estatuto Marco, acumulando la tercera huelga de facultativos en menos de seis meses. Aunque el rechazo es colectivo, lo cierto es que esta convocatoria está marcada por la división sindical. La CESM y el SMA son los promotores de esta huelga de facultativos, a la que también se han adscrito sindicatos autonómicos para llamar al paro en todo el territorio. La ruptura entre la CESM y el SMA y las organizaciones autonómicas (muchas de ellas agrupadas en la plataforma Apemyf) viene de largo y desde ambos lados reconocen la ausencia de contactos, a pesar de suscribir la misma convocatoria.
Fuera del ámbito sindical, sociedades científicas, colegios de médicos y estudiantes secundan esta convocatoria, como ya hicieran en las huelgas anteriores. No obstante, la heterogeneidad del colectivo médico hace que afloren discrepancias sobre la negociación de sus condiciones laborales y el propio diseño del modelo asistencial. Aunque hay un sentimiento de hartazgo generalizado, en aspectos como la regulación de las guardias, al seguir representando a día de hoy una parte importante de la nómina de los médicos.