Por Nuria Cordón
24 de octubre de 2024La enfermera y dirigente de Más Madrid Alda Recas, que hasta ahora coordinaba el Comité de Cuidados en Salud creado por el Ministerio de Sanidad el pasado mes de mayo, ocupará el escaño que deja vacante el ya exportavoz parlamentario de Sumar Íñigo Errejón, tras anunciar hoy que abandona la política. Así lo han confirmado fuentes cercanas al partido que lidera Yolanda Díaz a diversos medios de comunicación.
Recas era la coordinadora ejecutiva del Comité de Cuidados en Salud, un órgano colegiado multiprofesional encargado de abordar todos los desafíos que tienen las profesiones de cuidados. El objetivo de este órgano, según apuntaba el Ministerio en el momento de su creación, es actuar para que España disponga de enfermeras necesarias para dar un cuidado profesional a la altura a toda esa población que cada vez requiere más de la ciencia enfermera y los cuidados.
Alda Recas es enfermera escolar, cooperante y experta en gestión sanitaria y salud pública. Además, ha sido una de las piezas más importantes de la Marea Blanca cuando, hace una década, organizó manifestaciones multitudinarias contra los recortes en la sanidad.
La dimisión y abandono de la política del portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, ha pillado por sorpresa. A través de una carta publicada en su cuenta de X (antiguo Twitter) afirma haber "llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona".
Errejón asegura haberse visto superado por “el ritmo y el modo de vida en la primera línea política” que “ha desgastado mi salud física, mental y a mi estructura afectiva y emocional”.
Esta decisión llega después de unas acusaciones contra él por presunta violencia machista (algo a lo que no ha hecho referencia). La periodista Cristina Fallarás compartió en Instagram la denuncia anónima de una mujer que narraba episodios de maltrato por parte de "un político que vive en Madrid". Según esta denuncia, "es un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo".
El hasta ahora portavoz de Sumar reconoce haber adquirido, por culpa de su paso por la política, “una forma de comportarse que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros”. Según él, esta actitud genera “una subjetividad tóxica que se ve agravada en los hombres por culpa del patriarcado, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo”.