Brecha salarial en enfermería: diferencias de hasta 1.500 euros entre comunidades autónomas

El informe “Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España 2024”, elaborado por el Ministerio de Sanidad, ha puesto en evidencia las notables diferencias salariales y la disparidad en el desarrollo de especialidades en el ámbito de la enfermería en España. Estos datos reflejan una situación desigual tanto entre comunidades autónomas como entre diferentes ámbitos asistenciales y especialidades, generando una brecha que puede alcanzar los 1.500 euros.  

Desigualdades salariales por comunidades autónomas  

Las diferencias en los salarios mínimos de las enfermeras se manifiestan de manera significativa según la región y el nivel asistencial. En Canarias, por ejemplo, las enfermeras especialistas en Atención Primaria (AP) registran los salarios mínimos más altos, llegando a los 3.318 euros mensuales. Por otro lado, en Cantabria, el salario mínimo para una enfermera generalista en AP es de apenas 1.647 euros, lo que representa una diferencia de más de 1.500 euros en comparación con las cifras más altas. Jesús Sanz Villorejo, presidente de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), subraya que estas desigualdades “responden a un sistema de competencias transferidas, donde cada comunidad autónoma establece sus propios criterios salariales y organizativos, lo que resulta en una brecha significativa”. Por ello, llama a las administraciones a “anteponer los intereses de los ciudadanos y de los profesionales a las disputas políticas, y trabajar en un acuerdo de financiación justo y equitativo”.  
Los salarios más altos se encuentran en comunidades como Canarias, Navarra, Ceuta y Melilla, donde los sueldos mínimos de las enfermeras especialistas en Atención Hospitalaria (AH) y AP oscilan entre los 2.812 y 3.318 euros. En contraste, Cantabria, Madrid y La Rioja presentan los salarios más bajos, con cifras que van desde los 1.647 euros en AP hasta los 2.182 euros en AH.  

Disparidades entre especialidades 

Además de las diferencias regionales, el informe destaca desigualdades entre especialidades de enfermería. En Aragón, una enfermera especialista en AH percibe un salario mínimo de 2.307 euros, mientras que una generalista en el mismo ámbito obtiene 2.253 euros. En Atención Primaria, una especialista gana 2.134 euros, frente a los 2.091 euros de una generalista.  
En Galicia, estas diferencias son más marcadas. En AH, una especialista gana 2.236 euros, mientras que una generalista percibe 2.168 euros. En AP, la brecha es de 370 euros, con 2.174 euros para especialistas y 1.804 euros para generalistas.  
Sanz Villorejo insiste en que estas desigualdades son producto de decisiones autonómicas que no priorizan el desarrollo equitativo del sistema sanitario. “Es necesario un consenso nacional que garantice no solo salarios justos, sino también un reconocimiento adecuado de las competencias de las enfermeras, independientemente de la región donde trabajen”, subraya.  
El informe también señala que en el Sistema Nacional de Salud (SNS) existen siete especialidades de enfermería reconocidas: Salud Mental, del Trabajo, Pediátrica, Geriátrica, Familiar y Comunitaria, Médico-Quirúrgica y Matrona. Sin embargo, la implementación de estas especialidades es muy desigual. Mientras que las especialidades de Matrona y Salud Mental están más extendidas, otras, como Geriatría y Familiar y Comunitaria, no están desarrolladas en varias comunidades autónomas.  
Por ejemplo, en Madrid no se contempla la categoría de Familiar y Comunitaria, y en regiones como Aragón, Ceuta y Melilla no está definida la categoría de Trabajo. Además, en comunidades como Murcia y Canarias no se observa un incremento salarial significativo para especialidades como Pediatría, Geriatría o Familiar y Comunitaria.  

La fuga de talento: un efecto colateral de la brecha salarial 

La brecha salarial y las limitadas oportunidades de desarrollo profesional han alimentado otro problema alarmante: la fuga de talento. En regiones como Andalucía, donde la ratio de enfermeras por cada 1.000 habitantes es de 5,51, una de las más bajas de España, la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec) ha pedido la implementación de un mayor número de plazas de esta especialidad en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para evitar el éxodo de enfermeras al extranjero. Un fenómeno que, en palabras de la asociación, genera una “pérdida de talento enfermero” y limita el acceso de la población a “una atención primaria de calidad que favorezca la promoción de estilos de vida saludable y reduzca la morbimortalidad”.  
 A pesar de los avances más recientes, entre los que se incluye la creación de 411 plazas estructurales para la comunidad autónoma, la asociación explica que en Andalucía “aún no se ha desarrollado de manera adecuada la especialidad a nivel asistencial, y son pocas las enfermeras especialistas en activo”. En este sentido, Asanec señala que “Andalucía es una de las comunidades que más tardíamente ha implementado esta especialidad y solo de manera incipiente, con pocas plazas para su extensión”.   
Muchos profesionales optan por migrar a países europeos como Reino Unido, Alemania o Noruega, o incluso a otras comunidades autónomas con mejores condiciones laborales. “La pérdida de talento enfermero es un fenómeno que no solo se debe a la brecha salarial, sino también a la sobrecarga asistencial y la falta de perspectivas a largo plazo”, explica Sanz Villorejo. “Es urgente implementar estrategias que incluyan mejoras salariales, una menor presión asistencial y programas de formación y desarrollo profesional. No es una solución inmediata, pero debemos empezar a trabajar en ello ahora”, concluye.  
El informe destaca que España cuenta con una ratio de 6,1 enfermeras por cada 1.000 habitantes, cifra que está 2,2 puntos por debajo de la media de la Unión Europea. Para alcanzar este estándar, el Sistema Nacional de Salud requeriría incorporar a 100.000 enfermeras adicionales.  
  

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