La "quintudemia" que colapsa los hospitales en España

La temporada invernal ha llegado acompañada de una explosión de virus respiratorios y gastrointestinales que han colapsado hospitales y servicios de atención primaria en toda España. Conocido como "quintudemia", este fenómeno combina la incidencia simultánea de cinco virus principales: gripe, virus respiratorio sincitial (VRS), norovirus, rinovirus y Covid. Según los expertos, el problema radica en el incremento simultáneo de casos graves y la falta de recursos suficientes para atenderlos.

Cinco virus en el epicentro de la crisis sanitaria

La combinación de estos cinco virus ha hecho que la demanda de atención sanitaria aumente exponencialmente. Cada uno de ellos afecta a diferentes grupos de población y presenta síntomas característicos que están saturando tanto las consultas de atención primaria como las urgencias hospitalarias.

La gripe sigue siendo uno de los principales responsables de la saturación hospitalaria, mostrando un aumento significativo en las últimas semanas. Los tipos A y B del virus de la gripe son los más comunes. Aunque existen vacunas efectivas, su cobertura no ha alcanzado los niveles necesarios para frenar su propagación.

De acuerdo con los datos del Sistema de Vigilancia de Infecciones Respiratorias Agudas (SiVIRA) del Instituto de Salud Carlos III, en la primera semana de enero, los casos de gripe han aumentado un 115%, con una presión asistencial que ha dejado a los hospitales saturados.

Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores musculares, fatiga, tos y malestar general, que pueden durar hasta 10-14 días. En algunos casos, la gripe puede derivar en complicaciones como neumonías, especialmente en ancianos y personas con enfermedades respiratorias crónicas. Las autoridades sanitarias han asegurado que el pico de la gripe llegará entre la tercera semana de enero y las dos primeras de febrero.

El VRS ha generado una presión inusual en los hospitales este invierno, sobre todo en las unidades de pediatría. Este virus, que afecta principalmente a los niños menores de dos años, es la principal causa de bronquiolitis en esta población, aunque también está afectando gravemente a personas mayores con enfermedades crónicas.

A pesar de las campañas de inmunización infantil que han logrado reducir significativamente los casos graves en bebés, el VRS sigue siendo uno de los virus que más preocupan a las autoridades sanitarias. Los síntomas más comunes incluyen fiebre, dificultad respiratoria, tos y sibilancias.

Norovirus: el virus gastrointestinal más contagioso

El norovirus, también conocido como "virus de los vómitos invernales" o “gripe estomacal”, aunque no está relacionada con la gripe, está causando un aumento significativo de casos de gastroenteritis viral, una de las principales causas de consulta médica en esta temporada, según afirman las autoridades sanitarias. Este virus es extremadamente contagioso y se transmite a través del contacto directo, superficies contaminadas o alimentos compartidos.

Los síntomas más comunes incluyen vómitos, diarrea, calambres abdominales y fiebre leve. Aunque su duración suele ser corta, entre 24 y 72 horas, la deshidratación que provoca, especialmente en niños y ancianos, está llevando a numerosos ingresos en hospitales. Según datos internacionales, el norovirus causa más de 685 millones de infecciones anuales en el mundo y es responsable de más de 212.000 muertes al año.

Según el centro para la Prevención y el Control de las Enfermedades, más de 200 virus pueden causar un resfriado, siendo el rinovirus, el resfriado común. Aunque suele considerarse una infección leve, su incidencia ha aumentado considerablemente, sobrecargando las consultas de atención primaria.

Este virus afecta principalmente a las vías respiratorias superiores, causando congestión nasal, dolor de garganta, estornudos y malestar general. En personas con asma o enfermedades respiratorias crónicas, el rinovirus puede desencadenar complicaciones que requieren atención hospitalaria.

El Covid sigue siendo un problema existente, especialmente por la circulación de la variante XEC, descendiente de ómicron. Aunque menos letal que en sus primeras fases, este virus está provocando numerosas infecciones respiratorias, sobre todo en personas mayores y con comorbilidades.

Los síntomas incluyen fiebre moderada, tos y malestar general. Los hospitales siguen reportando ingresos por Covid, especialmente en las unidades de cuidados intensivos, donde los pacientes de mayor riesgo requieren atención prolongada.

Un sistema sanitario desbordado

El impacto combinado de estos virus ha llevado al colapso de algunos hospitales españoles, que ya no pueden hacer frente a la cantidad de pacientes que están llegando a sus urgencias y están operando al límite de su capacidad. Cataluña, Madrid, Navarra, Baleares o Cantabria son algunas de las regiones en las que se están produciendo mayores aglomeraciones de pacientes, aunque la situación se repite por casi todo el territorio nacional. En Andalucía, Castilla y León y otras comunidades, las urgencias han habilitado áreas adicionales para atender la demanda creciente.

Las listas de espera en atención primaria han aumentado drásticamente, obligando a muchos pacientes a acudir directamente a las urgencias hospitalarias. En algunos centros, los tiempos de espera superan las seis horas, y los médicos han tenido que priorizar los casos más graves.

En muchos hospitales españoles como en el Hospital Universitario de Fuenlabrada en Madrid, las camas están alineadas en pasillos, con algunas colocadas en doble fila para hacer frente a la gran cantidad de pacientes, especialmente en urgencias y en áreas de cuidados intensivos. La situación es tal que, según fuentes de los propios centros sanitarios, los pacientes ingresan sin saber si tendrán cama o si serán atendidos en sillas o incluso en el suelo, debido al colapso por estas infecciones respiratorias.

Las unidades de pediatría y las UCIs, en particular, están enfrentando una situación crítica. Con un incremento significativo de ingresos por estos virus respiratorios, muchos hospitales han tenido que posponer intervenciones programadas para dedicar recursos a los pacientes más vulnerables.

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