Por Medicina Responsable
3 de septiembre de 2025Las agresiones a profesionales del Sistema Nacional de Salud siguen en aumento. Solo en 2024 se registraron 17.070 casos de violencia física o verbal en toda España, lo que representa un incremento del 16% respecto al año anterior y sitúa la tasa en 24,61 incidentes por cada 1.000 profesionales. Ante esta realidad, las comunidades autónomas están intensificando sus esfuerzos para proteger al personal sanitario, explorando nuevas herramientas tecnológicas, como la instalación de botones antipánico inalámbricos.
El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) ha planteado la posibilidad de implantar este sistema como parte de una estrategia más amplia de seguridad, en la que también se contempla el uso de inteligencia artificial. La medida se está valorando como complemento al actual “Plan Perseo”, vigente desde hace 20 años, que ya incluyó la instalación de botones de emergencia en consultas médicas, así como la creación de un Observatorio para el seguimiento de las agresiones.
“El problema es que muchas de estas situaciones ocurren dentro de la consulta o incluso durante las atenciones a domicilio, donde no es viable contar con vigilancia física”, señaló el delegado provincial de la Consejería de Sanidad en Ciudad Real, José García, en declaraciones a la Cadena Ser. Por ello, subrayó la importancia de apostar por soluciones tecnológicas más versátiles y discretas.
El SESCAM ha destinado más de 1,7 millones de euros a reforzar la seguridad en centros sanitarios, incluyendo sistemas de videovigilancia y control de accesos. No obstante, desde el propio sector se pide seguir avanzando en herramientas que permitan una respuesta inmediata ante episodios de violencia.
Andalucía, por su parte, también ha reforzado su estrategia con la creación del Observatorio de Agresiones a Profesionales del Sistema Sanitario Público, aprobado por el Consejo de Gobierno autonómico. Este órgano tendrá funciones de asesoramiento, análisis y propuesta de medidas, así como de coordinación con otros agentes implicados en la protección de los sanitarios.
El Observatorio andaluz nace con el objetivo de generar una respuesta más eficaz frente a la violencia, promover la sensibilización ciudadana y consolidar la cultura de tolerancia cero ante las agresiones. Además, entre sus competencias figuran la elaboración de estudios, el impulso de protocolos de actuación y la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Tanto Castilla-La Mancha como Andalucía coinciden en la necesidad de avanzar hacia un modelo más preventivo, en el que la seguridad del personal sanitario no dependa exclusivamente de la presencia de vigilantes, sino también de herramientas que permitan alertar de forma inmediata, recopilar información y activar protocolos de protección eficaces.