Por Julia Porras
1 de abril de 2024El pasado 26 de febrero la Cámara Baja del Parlamento de Alemania aprobaba la legalización parcial de la posesión y el consumo de cannabis. La nueva ley, prevé que adultos mayores de 18 años puedan estar en posesión de hasta 25 gramos de cannabis para consumo personal, pudiendo poseer hasta 50 gramos en el domicilio particular, además de legalizar la posesión de tres plantas de cannabis por domicilio.
De acuerdo con la nueva ley, estará permitido fumar en público, pero no cerca de niños y jóvenes, escuelas, guarderías, parques infantiles y campos de deporte, ni en zonas peatonales durante el día. De hecho, la ley prohibirá fumar cannabis en espacios públicos próximos a escuelas e instalaciones deportivas, así como a menos de 100 metros de la entrada de estos centros. Asimismo, se permitirá la creación de "asociaciones de cultivo" no comerciales para adultos, en las que hasta 500 miembros residentes en Alemania podrán producir cannabis de manera colectiva y suministrarlo entre sí para consumo personal, hasta un máximo de 50 gramos por miembro al mes.
La coalición de Gobierno formada por el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal (FDP) lanzaron los planes de legalización contra una gran resistencia de la oposición, los estados federados y también de diversas asociaciones.
El Gobierno argumenta que la política de prohibición ha fracasado y que el consumo de cannabis aumentó a pesar de la prohibición. El objetivo es luchar contra el mercado negro y reducir los riesgos para la salud, ya que el cannabis obtenido de traficantes puede contener aditivos tóxicos e impurezas.
En un segundo paso, se permitirá a las llamadas asociaciones de cultivadores a partir de julio cultivar cannabis bajo control estatal y sujeto a condiciones estrictas, para distribuirlo a sus miembros. Al mismo tiempo, la ley prevé medidas para prevenir la adicción.
Cuando la ley entre en vigor, la marihuana desaparecerá de la lista de sustancias prohibidas de la Ley de Estupefacientes.
En nuestro país, el cannabis sigue teniendo la categoría de estupefaciente, por lo que su uso y consumo es considerado de riesgo, y está incluido entre las medidas del Plan de Acción sobre Adicciones.
La semana pasada, el Grupo Parlamentario Sumar, registró una pregunta para que el Gobierno se pronuncie sobre la posibilidad de “despenalizar y regular” la tenencia para consumo de marihuana y conocer las mejores vías para “acabar con el mercado negro y mejorar la seguridad en torno al producto”.
En realidad, apuntan “se mantiene una actitud un tanto hipócrita cuando se acepta el consumo de algunas drogas como el alcohol y el tabaco, se permite la dispensación con consentimiento sanitario de otras, como la metadona, y sin embargo se prohíbe a la población decidir sobre una cuestión estrictamente privada, como es el consumo regulado de marihuana”.
Otro asunto distinto es el trámite que inició Sanidad el pasado mes de febrero para la regulación del cannabis medicinal. Una medida que fue aprobada hace más de año y medio por el Congreso de los Diputados, y que no ha salido adelante aún, a pesar de que muchos países de nuestro entorno como Portugal o Reino Unido ya lo permiten.
En la actualidad, el cannabis medicinal solo está indicado para el tratamiento de la espasticidad asociada a esclerosis múltiple y para ciertas formas de epilepsia. Sin embargo, enfermos con dolor crónico y oncológico piden que se amplíen sus usos para otras enfermedades como ELA, neurodegenerativas, dolor neuropático, endometriosis, fibromialgia y para pacientes con cáncer que sufren dolor. Antes de decidir qué patologías pueden beneficiarse del empleo de preparados a base de cannabis medicinal, el ministerio cree que “es necesario valorar aun los datos disponibles y seleccionar aquellas patologías en las que se considere que existe una relación beneficio riesgo favorable”.
El texto registrado por Sumar se basa en un informe elaborado por los Mossos de 'Esquadra en el que se plantean "modificaciones legales para combatir con mayor eficacia el tráfico de marihuana o cannabis", porque, según ellos, la policía catalana se ha mostrado "especialmente preocupada" por esta cuestión y aseguran, "va camino de enquistarse" y convertir a Cataluña en "una narcoeconomía".