Por Peter BABEL
16 de noviembre de 2023A Yolanda Díaz, la comunista con mejor fondo de armario de los últimos tiempos, no le gustan los enfermos. Yolanda Díaz, la pionera en rendir pleitesía al Prófugo de Waterloo, observa preocupada que en España, como en el resto de Europa, hay millones de ciudadanos que acuden a la medicina privada. Como hacen, por cierto, la mayoría de sus compañeros del Consejo de ministros.
Según una estimación de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) cargarle el IVA al enfermo que acude a la medicina privada supondría recaudar 3.457 millones de euros más, pero…pero… habría tal trasvase de usuarios de la medicina privada a la pública que aumentarían los costes de la medicina pública en 4.306 millones de euros. ¡Mal negocio! Quien sabe si, por eso, en todos los países de la Unión Europea, aunque no sean tan inteligentes como Yolanda Díaz, están exentos de IVA los enfermos de la privada.
Al margen de las cuentas, la manía que le ha surgido a doña Yolanda por los enfermos de la privada alcanzaría a los de la pública, porque si de los doce millones de usuarios de un seguro privado médico, se dan de baja, aunque sólo fuera un 20%, eso supondría que los hospitales y consultorios atiborrados, las listas de espera desesperantes, y otros problemas actuales, se incrementarían hasta niveles insoportables, puesto que el 20% de 12 millones son 2.400.000 personas, que entrarían de golpe en la Sanidad Pública, en muy pocos meses, algo que convertiría una intervención quirúrgica en una carta al futuro.
Doña Yolanda tiene todo el derecho a tener manía a un enfermo de la privada, pero lo que propone es tal caos para los enfermos de la pública, que logrará que todos, todos los enfermos, le tengan manía a ella.
