Por Peter BABEL
15 de septiembre de 2025En España ya hay más tres millones de ciudadanos con más de ochenta años sobre sus espaldas. ¡Ojo! El número de los que tienen noventa años, o más, supera con creces el medio millón: seiscientos mil nonagenarios. La cara de esta noticia gozosa es que somos un país con gran esperanza de vida. La cruz es que, como esto seguirá aumentado y, como partir de que el cuerpo envejece, se requieren mayores cuidados médicos, los problemas de atención sanitaria aumentarán considerablemente.
Siempre que aparecen las consecuencias negativas de las encuestas que parecen positivas, me acuerdo de aquél dictador que ordenó a uno de sus generales que terminara con el alto porcentaje de analfabetos que había en el país. Al cabo de un mes, el general encargado de la misión le pudo decir al dictador: “Excelencia: tengo el gusto de informarle de que ya no hay ningún analfabeto en nuestro querido país”. El dictador, sorprendido, requirió: “¿Cómo ha podido llevar a cabo la misión en tan poco tiempo?”. “Muy sencillo, Excelencia, los hemos fusilado a todos”.
Es una hipérbole de humor negro, pero ¡cuidado! Se empieza sopesando soluciones, y cuando encuentras alguna sencilla, por muy cruel que sea, es difícil evitar la tentación de sopesarla.
De momento, he decidido ocultar mi edad. Por si acaso.