Manolo Molina, una referencia en la sanidad española

Manolo Molina ha sido cesado como delegado territorial de salud y consumo de Sevilla. Cese exprés, sin contemplaciones, empujado por una ola que no provocó, la de los cribados del cáncer de mama, y que fue una de las muchas que tuvo que surfear cuando llegó a la gerencia del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, tras dejar su cómodo puesto de funcionario en Madrid para desplazarse con los suyos, perdiendo dinero, pero haciendo un favor a un amigo para mejorar la sanidad publica andaluza.

Nunca se le ha escuchado una queja, ni una mala palabra contra nadie. Contaba con el respeto de todos. Pero eso en el PP no basta. Nadie se había preocupado del origen del problema de los cribados, que estaba latente desde la época del gobierno socialista en Andalucía, y fuera del foco de atención pública, con una Covid de por medio donde se demoraban todas las pruebas preventivas.

Y, ahora, desde dentro de la administración de su antiguo hospital, dada la exactitud en los datos que se han dado a conocer, se favorece la denuncia del tiempo de demora de unos cribados que, por cierto, no es exclusivo, ni del Virgen del Rocío, ni de otros hospitales de Andalucía y de España. Todos los consejeros y gerentes de hospitales son personas responsables, preocupadas por la salud de los ciudadanos y la mejora del sistema, al menos los que yo conozco. Los cribados son parte de esa preocupación hasta el punto de que se aumenta la franja de edad para los cribados sin muchas veces poder incrementar, como quisieran, los recursos.

Manolo Molina es una persona respetada y una referencia en la sanidad española.

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