Por Marta Moreno, dir. Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado AstraZeneca
14 de octubre de 2025El conocimiento es la herramienta más poderosa que tenemos para comprender el mundo y transformar la sociedad. En un contexto marcado por desafíos globales —desde el cambio climático hasta los avances tecnológicos que redefinen nuestra vida cotidiana—, la innovación científica se convierte en un pilar imprescindible para garantizar progreso, bienestar y equidad. En este marco, el talento investigador es mucho más que un valor: es una vocación que, literalmente, puede cambiar vidas.
Con ese propósito nacieron los Premios Jóvenes Investigadores de la Fundación AstraZeneca, una iniciativa destinada a impulsar la carrera de científicos emergentes y a apoyar proyectos de investigación en red con impacto real en la salud de los ciudadanos. Hoy, nueve ediciones después, podemos afirmar que estos premios no solo se han consolidado, sino que cada año crecen en alcance y relevancia. En esta última edición hemos alcanzado un récord de participación con 51 propuestas y la implicación de más de 200 grupos de investigación de 16 comunidades autónomas. En los últimos tres años, el volumen de candidaturas ha aumentado en un 85%, un dato que refleja el interés creciente y el compromiso del talento científico en nuestro país.
Detrás de cada proyecto hay años de estudio, perseverancia y un propósito común: mejorar la vida de las personas. Y eso es precisamente lo que da sentido a estos premios, dotados con un millón de euros en total y cuatro galardones de 225.000 euros cada uno, que permiten a los investigadores continuar desarrollando proyectos con impacto real en la salud de los ciudadanos.
Un motivo de orgullo es que más del 55% de los proyectos presentados han sido liderados por mujeres, lo que refleja que la diversidad no solo está llegando al ámbito científico, sino que ya es motor de innovación.
Ahora bien, los datos también invitan a la reflexión. Más de 40.000 investigadores formados en España desarrollan su carrera en el extranjero. Detrás de cada uno de ellos hay una vocación inmensa, muchas horas de esfuerzo en el laboratorio, sacrificios personales y también el apoyo silencioso de familias y amigos que acompañan en la persecución de un sueño. Esa cifra habla de nuestra excelencia formativa, pero también de una asignatura pendiente: la dificultad para retener talento. Necesitamos más programas de estabilización, mayor inversión en I+D y un compromiso sostenido de las instituciones para garantizar que quienes desean investigar aquí puedan hacerlo sin tener que marcharse.
La ciencia necesita ser cuidada. Invertir en ella no es un gasto, es una apuesta por la competitividad, la equidad y el bienestar de las próximas generaciones. Por eso, iniciativas como los Premios Jóvenes Investigadores no son solo un reconocimiento: son un impulso para quienes, con su vocación, están llamados a cambiar vidas.
El futuro de la investigación biomédica española es brillante, pero solo lo será de verdad si somos capaces de apoyar, fomentar y retener ese talento que hoy celebramos. Ese es, precisamente, el propósito de la Fundación AstraZeneca: apoyar e impulsar el talento científico para que la innovación llegue más lejos y beneficie a más personas.
Marta Moreno, vicepresidenta de la Fundación AstraZeneca y directora de Asuntos corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca España.