
Por Juan Abarca, presidente de HM Hospitales
15 de diciembre de 2025A raíz de los audios sacados a la luz por el Diario EL PAÍS del CEO de una empresa privada que gestiona un hospital de propiedad pública bajo el modelo de concesión administrativa, algunos medios, entidades interesadas y autoridades políticas, han aprovechado para dos cosas: arremeter contra la Sanidad Privada para generalizar que el sector sanitario prioriza los resultados económicos a los sanitarios y a la calidad asistencial metiéndonos a todos en el mismo saco, cuando son modelos de negocio, simplemente diferentes; y reivindicar la Sanidad Pública de gestión pública directa por la administración, por medio del Estatuto Marco, como la única garante de priorizar esa calidad asistencial confundiendo que cualquier otro modelo de gestión es privado y por ende motivado por cuestiones económicas.
Lo primero es muy fácil de explicar y de defender.
La Sanidad privada que no se financia por el sector público sino a través del usuario, principalmente a través de una aseguradora, basa su modelo de negocio en atender cuanto más mejor y con la suficiente calidad asistencial como para que nuestros clientes confíen en nosotros y quieran repetir.
Es decir es muy sencillo. Si hay algo, por falta de masa critica de pacientes, por ejemplo, o porque no sea posible amortizar los recursos y no permite garantizar esa calidad asistencial, simplemente, no lo hacemos.
Al menos puedo asegurar y demostrar que así operamos en HM Hospitales y por lo general en el sector.
De lo segundo requiere un artículo más en profundidad que realizaré estos días para explicar las diferencias entre los modelos de gestion pública directa por la administración, de la gestion pública a través de entidades públicas intermedias, pero en el debate de estos días se introduce una confusión totalmente interesada que se repite de forma constante: identificar sanidad pública con gestión directa a través del Estatuto Marco. Como si fuera la única forma legítima de gestionar lo público y cualquier otra supusiera una privatización encubierta.
Nada más lejos de la realidad. Hay otras fórmulas tan legítimas como esa pero mucho más eficientes, pero que se basa en que una gestiona en base a un presupuesto cerrado y el otro, siendo público, permite hacer una gestión puramente financiera.
Es casi infantil definir a la sanidad pública por el modelo de gestión y pensar que la gente es idiota.
La Sanidad pública NO se define por el Estatuto Marco, ni por quién firma una nómina, ni por un dogma ideológico. Se define por algo mucho más básico y objetivo: la titularidad pública de las infraestructuras, de los recursos y del servicio que se presta a los ciudadanos.
Y todo lo demas es generar confusión a la gente.