Por Juan Abarca, presidente de IDIS
22 de enero de 2025Seguimos a vueltas con la reforma del Estatuto Marco (EM) de los trabajadores de los centros sanitarios públicos de gestión directa por la administración que se está negociando.
Hay dos conceptos que se han esgrimido por periodistas y políticos en relación con la exclusividad de los directivos y jefes de servicio porque nadie entendería “que un directivo trabajara para dos bancos”, o como ha dicho la propia Ministra, “que un directivo trabajara para Pepsi y Coca Cola a la vez”
Pero vamos por partes:
En primer lugar se parte del hecho totalmente equivocado de que la Sanidad pública y la privada compiten como si fueran dos empresas del mismo sector. Nada más lejos de la realidad.
Todos los españoles son usuarios potenciales de la Sanidad pública mientras que a la Sanidad privada sólo acuden aquellos que voluntariamente copagan ya sea de modo directo o a través de un seguro de Salud.
Además, por concepto el, el SNS pertenece a la administración pública y tiene en su poder la capacidad legislativa a través del BOE o los boletines autonómicos, lo que a todas luces sería incompatible en un sector empresarial entre dos competidores.
Y finalmente, en nuestro país, con nuestro modelo, si bien la Sanidad privada debe tener de referencia a la Sanidad pública, a fin de mejorar su nivel de calidad asistencial y mirar más allá de los resultados económicos, la realidad es que no puede competir con ella en aquellos casos en los que por el costo de las prestaciones o la necesidad de una gran masa de población para tener un número de pacientes representativas en procesos excepcionales la Sanidad privada no puede llegar.
El sector privado es un complemento en nuestro país, que colabora y ayuda al sector publico descargándole de recursos y de costes, pero no compite con un sector público que, simplemente, depende de si mismo.
Y el segundo concepto y el más mollar si cabe es el confundir un directivo y un funcionario.
Un directivo en una empresa no esta sometido a una horario de 7 horas de forma obligatoria, sino que gestiona su jornada por el trabajo suyo y la del equipo a su cargo. Un directivo, aunque puede cobrar un complemento de exclusividad, no trabaja por horario, sino por trabajo, se organiza su propio tiempo y sus emonumentos van en función de su rendimiento y su productividad, eso que tanto se echa en falta en el EM.
La figura del directivo choca de frente con el concepto de plaza en propiedad que no es sancionable o rescindible por bajo rendimiento, sin que eso sea un impedimento para que se pueda trabajar bajo un régimen laboral toda la vida en una empresa en condiciones de tranquilidad y seguridad. Eso si, trabajando.
Ser funcionario y directivo es sencillamente una contradicción. Lo mejor que podríamos hacer es sacar a los médicos del EM para que regulen su jornada en función de su trabajo y cobren fijos con variables por productividad.
Y se acabarían muchos de los problemas del DNS y de los pacientes.