
Por Miguel Anillo, director de canal de Snom Iberia
30 de octubre de 2025El uso de la telefonía en el sector sanitario, ya sea en hospitales o en clínicas, es un elemento estratégico. Poder ser localizado en situaciones de emergencia, por ejemplo, es una necesidad. Ahora bien, dado el entorno de trabajo de los profesionales de la salud, deben considerarse funcionalidades específicas antes de equiparse con dispositivos de telecomunicaciones. Entonces, ¿cómo hacerlo y qué características tener en cuenta? He aquí algunos elementos fundamentales que conviene recordar.
Un primer elemento clave consiste en incorporar a la reflexión el tema de la no contaminación, especialmente a nivel bacteriológico: los auriculares de teléfono tradicionales suelen actuar como verdaderos nidos de gérmenes y, en ningún caso, se puede permitir poner en riesgo a los pacientes contaminándolos por el uso de un simple auricular. Esta preocupación se extiende igualmente a los teléfonos inteligentes y tabletas, cuya contaminación por bacterias es un tema relevante en el ámbito sanitario; de hecho, un estudio de 2021 realizado en unidades de medicina intensiva confirmó que la presencia de bacterias en estos dispositivos no es en absoluto despreciable.
A la luz de estos elementos, utilizar teléfonos con tratamientos antimicrobianos probados según la norma UNE-EN ISO 22196 (que mide la actividad antibacteriana en plásticos y otras superficies no porosas) debe plantearse como un criterio de compra central. Este requisito facilita la limpieza y contribuye a reducir la biocarga en superficies. Esto hace que tanto auriculares como smartphones no solo sean fáciles de limpiar, sino que tampoco ofrezcan un terreno fértil para bacterias y virus. Por último, cabe señalar que los dispositivos con protección frente a salpicaduras, polvo y similares constituyen también fundamentos imprescindibles.
Además de los teléfonos fijos (de sobremesa) desplegados e integrados con numerosas funciones prácticas —por ejemplo, los desvíos de llamadas—, también hay que tener en cuenta la tipología de los centros y los modos de trabajo en movilidad de los equipos, especialmente los asistenciales. Por otro lado, el uso de teléfonos móviles no es oportuno, especialmente en el ámbito hospitalario, ya que las radiaciones pueden afectar al funcionamiento de algunos dispositivos médicos. En este sentido, utilizar dispositivos DECT puede ser una opción perfecta. Se disponen distintos puntos de acceso en los hospitales para ofrecer una red microcelular y funciones de tipo handover que permitan comunicarse con facilidad mientras se desplazan por el centro para realizar sus tareas: atención en habitaciones, paso por diferentes servicios, etc.
Además de los teléfonos fijos de sobremesa —con funciones útiles como el desvío de llamadas, conviene considerar la tipología del centro y los modelos de trabajo en movilidad, especialmente del personal asistencial. Igualmente, hay que tener en cuenta que en el entorno hospitalario, el uso de móviles puede no ser adecuado en determinadas áreas por el riesgo de interferencias con los con equipos médicos, ya que las radiaciones pueden afectar al funcionamiento de algunos dispositivos. En este sentido, utilizar dispositivos DECT puede ser una opción perfecta. Basta con disponer distintos puntos de acceso en los hospitales para ofrecer una red microcelular con handover transparente que permitan a los profesionales comunicarse con facilidad y sin cortes mientras se desplazan por el centro para realizar sus tareas de atención en habitaciones, traslados entre unidades, paso por diferentes servicios, etc.
Es, por tanto, importante desde el inicio diseñar bien la arquitectura de redes y telecomunicaciones y contar con todas las garantías necesarias para permitir que el personal médico se comunique sin interrupciones, como si estuviera sentado en su puesto. Precisamente aquí el DECT es la manera más eficaz de hacer fluidos los intercambios y ofrecer a los equipos una experiencia de trabajo de calidad.
Estos distintos puntos ponen de relieve que el parque de telecomunicaciones para el sector sanitario no puede en ningún caso componerse de auriculares tradicionales o teléfonos inteligentes que no permitirán a los equipos trabajar con eficacia y en condiciones sanitarias irreprochables. No olvidemos que una comunicación fluida en el ámbito hospitalario o en una clínica es indispensable para ofrecer a los pacientes una calidad asistencial sin fisuras.
Diseñar la telefonía de un hospital o clínica no se trata de una compra por catálogo. Requiere traducir requisitos asistenciales en especificaciones técnicas y operar la red con criterios de seguridad del paciente, calidad de servicio y resiliencia. Cuando la higiene, la movilidad DECT, la calidad, la seguridad y la interoperabilidad se abordan desde el inicio, la telefonía deja de ser un posible cuello de botella para convertirse en un habilitador de la práctica clínica.
Miguel Anillo, director de canal de Snom Iberia