Por Europa Press
23 de abril de 2024El actual sistema MIR de formación de especialistas en España ha dado buenos resultados, aunque muestra "evidentes signos de agotamiento". Este es uno de los datos que destaca el artículo 'Recursos humanos del SNS. Formación', que integra el segundo bloque del Informe bienal de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).
El estudio, publicado en 'Gaceta Sanitaria', revista oficial de SESPAS, incide en la importancia de revisar el sistema de formación de profesionales de la medicina en España, desde la facultad hasta la formación continua, pasando por el sistema MIR.
La propuesta de los investigadores para mejorar el sistema MIR es la troncalidad, que divide la formación en dos fases: una general para competencias comunes y otra específica para habilidades particulares de cada especialidad. "Este sistema podría traer una gestión más eficiente de recursos humanos en el sistema de salud, pero, cuando se planteó en un Real Decreto en 2014, el proyecto de troncalidad fue duramente criticado por parte de estudiantes y expertos, lo que, entre otras razones, provocó finalmente su retirada. El problema del sistema actual MIR "solo puede resolverse con el trabajo multiprofesional de expertos independientes", apunta el artículo.
Los autores de este artículo critican que "el sistema de acceso vigente en nuestro país no es eficiente ni equitativo. Tal vez se esté excluyendo a un significativo número de estudiantes vocacionales especialmente capacitados para el desempeño médico". Así, "las competencias transversales o genéricas, como el profesionalismo, las habilidades comunicativas, el razonamiento clínico o la economía de la salud, requieren un seguimiento longitudinal a lo largo de toda la carrera de Medicina. Aunque están incluidas en muchas facultades, son muy pocas las que las abordan y las evalúan sistemáticamente", afirma el estudio.
Por su parte, la proliferación de universidades privadas -actualmente el 22%- plantea dilemas éticos y de equidad, ya que algunos estudiantes pueden acceder a estas instituciones privadas pagando altas tasas, mientras que aquellos con menos recursos se ven limitados por los requisitos de ingreso en las universidades públicas. Además, surge la preocupación por la calidad formativa, dado que no todas las facultades, especialmente las de nueva creación, cuentan con los recursos necesarios para garantizar una educación médica de excelencia.