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Descubren en qué zona de nuestro cerebro se encuentra el hambre

Investigadores de la University College de Londres han mostrado cómo las hormonas del hambre pueden afectar directamente a la actividad de una parte del hipocampo del cerebro cuando se piensa en comer

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Descubren en qué zona de nuestro cerebro se encuentra el hambre
Freepik

Por Gema Puerto

20 de noviembre de 2023

Según una investigación publicada en la revista científica Neuron y, que ha sido realizada por el equipo de Neurociencia, Fisiología y Farmacología de la University College de Londres, la hormona del hambre, grelina, que se produce en el intestino, puede afectar directamente a la parte del cerebro que se encarga de tomar decisiones para impulsar el comportamiento. "Descubrimos que una parte del cerebro que es crucial para la toma de decisiones es sorprendentemente sensible a los niveles de hormonas del hambre producidas en nuestro intestino, lo que creemos que ayuda a nuestro cerebro a contextualizar nuestras elecciones alimentarias. Todos sabemos que nuestras decisiones pueden verse influenciadas por nuestra hambre, ya que la comida tiene un significado diferente dependiendo de si tenemos hambre o estamos llenos. Sólo piense en cuánto podría comprar si hace la compra con el estómago vacío. Pero lo que puede parecer un concepto simple, en realidad es muy complicado; requiere la capacidad de utilizar lo que se llama aprendizaje contextual", ha señalado el principal autor de la investigación el doctor Andrew MacAskill.

El estudio

Para el estudio, los investigadores colocaron ratones en una arena que tenía algo de comida y observaron cómo actuaban los roedores cuando tenían hambre o estaban llenos, mientras tomaban imágenes de sus cerebros en tiempo real para investigar la actividad neuronal.

Todos los ratones dedicaron tiempo a investigar la comida, pero sólo los hambrientos empezaron a comer.

Los investigadores se centraron en la actividad cerebral en el hipocampo ventral (la parte inferior del hipocampo), una parte del cerebro encargada de la toma de decisiones que nos ayuda a formar y utilizar recuerdos para guiar nuestro comportamiento, y descubrieron que la actividad en un subconjunto de células cerebrales en el hipocampo ventral aumentaba cuando los animales se acercaban a la comida, y esta actividad inhibía al animal comer.

Pero si el ratón tenía hambre, había menos actividad neuronal en esta área, por lo que el hipocampo ya no impedía que el animal comiera. Los investigadores descubrieron que esto correspondía a niveles elevados de la hormona del hambre que circula en la sangre.

Para mayor claridad, los investigadores de la UCL hicieron un experimento para que los ratones se comportaran como si estuvieran llenos, activando las neuronas ventrales del hipocampo, lo que llevó a los animales a dejar de comer incluso si tenían hambre. Los científicos lograron este resultado eliminando de estas neuronas los receptores de la hormona de  la grelina.

Estudios anteriores han demostrado que el hipocampo de los animales, incluidos los primates no humanos, tiene receptores para la grelina, pero había poca evidencia de cómo funcionan estos receptores.

Este hallazgo ha demostrado cómo se utilizan los receptores de grelina en el cerebro, mostrando que la hormona del hambre puede cruzar la barrera hematoencefálica (que restringe estrictamente que muchas sustancias en la sangre lleguen al cerebro) e impactar directamente en el cerebro para impulsar la actividad, controlando un circuito en el cerebro que probablemente sea igual o similar en los humanos.

De acuerdo con el doctor MacAskill, "parece que el hipocampo frena el instinto de comer de un animal cuando encuentra comida, para garantizar que no coma en exceso, pero si el animal realmente tiene hambre, las hormonas ordenarán al cerebro que apague los frenos, entonces el animal sigue adelante y comienza a comer”.

Los científicos continúan investigando si el hambre puede afectar el aprendizaje o a la memoria, observando si los ratones realizan tareas no relacionadas con los alimentos según el grado de hambre que tengan.

Los investigadores esperan que sus hallazgos puedan contribuir a la investigación de los mecanismos de los trastornos alimentarios, para ver si los receptores de grelina en el hipocampo podrían estar implicados, así como otros vínculos entre la dieta y otros resultados de salud, como el riesgo de enfermedades mentales.

 

 

 



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