Una ruta ciclista para monitorizar la glucemia con IA: el proyecto Pedal-T1D frente a la diabetes

Para las personas con diabetes tipo 1, la realización de ejercicio se traduce en un riesgo de picos de glucosa descontrolados y con evolución y consecuencias “impredecibles”. El doctor Josep Vehi, catedrático de la Universitat de Girona (UdG) y director de la Cátedra UdG–Dexcom, señala que “conocer cómo se comporta la glucosa en la sangre (glucemia), y predecir su curso” en estas situaciones “sigue siendo un reto y un desafío”. Por ello, desde esta entidad han puesto en marcha un ensayo clínico pionero a nivel mundial con este cometido y basado en una insólita prueba para medir la respuesta del organismo de los pacientes: la realización de una ruta ciclista. 

Con la ayuda de la inteligencia artificial (IA), el proyecto Pedal-T1D trata de analizar las respuestas glucémicas, fisiológicas y moleculares al ejercicio, mediante la recogida de datos de glucosa, insulina, frecuencia cardíaca y potencia para desarrollar modelos de predicción y optimización del control metabólico. En resumidas cuentas, se trata de generar datos de alta calidad para poder desarrollar algoritmos basados en IA que ayuden a las personas con diabetes tipo 1 cuando realizan en condiciones reales ejercicio prolongado y de intensidad incluso moderada o alta. El doctor Vehi subraya en este sentido que “la IA puede convertirse en una herramienta muy potente de apoyo a la toma de decisiones personalizadas”.

Aunque hay numerosas iniciativas a nivel internacional que analizan la relación entre ejercicio y diabetes, se trata de una investigación única por combinar actividad al aire libre con datos provenientes de diferentes sensores. Además, también se han recogido muestras biológicas (saliva, sangre y orina) para detectar cambios a nivel molecular de biomarcadores conocidos o por conocer. Una buena coordinación entre la infusión de insulina y los rescates con hidratos de carbono puede reducir de forma significativa el riesgo de hipoglucemia frente al ejercicio intenso. Hasta ahora se contaban con escasos estudios que habían abordado los efectos de la actividad física en la glucemia y, en especial, en personas con diabetes tipo 1. Además, en estos estudios las sesiones de ejercicio eran de corta duración y se realizaban en condiciones muy controladas. “Con esta nueva iniciativa queremos dar un paso más, y nos centramos en ejercicio prolongado en condiciones de vida real, especialmente en el rango de intensidad moderada-alta, que sigue siendo hoy en día un gran reto para las personas con diabetes tipo 1”, informa el coordinador del estudio.

Despliegue de medios para medir la respuesta del organismo a la actividad física

Para la recogida de estas evidencias, la primera fase de este estudio ha consistido en la celebración de una ruta ciclista de gravel con equipos de medición en la que han participado 30 personas (21 con diabetes y 9 del grupo de control). En estos preparativos ha participado un grupo de médicos investigadores del Hospital Universitari  Josep Trueta como parte de del despliegue en el que también ha colaborado la EUSES-UdG y el Departament d’Infermeria de la UdG para la extracción, así como para el análisis de datos y de apoyo durante el desarrollo del proyecto. 

Cada participante ha portado durante la prueba un monitor continuo de glucosa Dexcom G7, medidores de potencia en los pedales de la bicicleta, una banda de frecuencia cardíaca y un dispositivo GPS para ciclismo. La selección de los participantes se ha realizado a partir de criterios clínicos y de seguridad muy bien definidos. “Al tratarse de una ruta de unos 70 km, hemos buscado participantes que practiquen deporte de forma regular y, para garantizar su seguridad, hemos solicitado una evaluación médica deportiva favorable de tipo 2. Además, hemos priorizado personas acostumbradas al uso de monitores continuos de glucosa y, en la medida de lo posible, con experiencia previa en la práctica del ciclismo”, explica Aleix Beneyto, profesor de la Universitat de Girona y coordinador del estudio. 

Además, añade que la elección de pacientes diabéticos solo de tipo 1 tiene la justificación científica y responde al objetivo de trabajar con una población más homogénea para “entender mejor las respuestas”. Al hilo, apunta que estos pacientes son el grupo “en el que el manejo de la insulina durante el ejercicio es más delicado y donde la variabilidad glucémica puede ser mayor. Una vez recogidos los datos, se procederá a evaluarlos formalmente para desarrollar y probar modelos de IA. “Queremos que este conocimiento ayude a generar herramientas útiles para las personas”, destaca Beneyto.

La complejidad de manejar la glucemia alrededor del ejercicio genera mucha incertidumbre y, a menudo, hace que las personas con diabetes sean reacias a practicar actividad física de forma regular, pese a sus claros beneficios para la salud. Por ello, esta investigación pretende recabar evidencias que vayan en línea con determinar indicaciones para hacer ejercicio en estos pacientes. 

“Hoy por hoy no existen pautas únicas que cualquier persona con diabetes pueda seguir para ejercitarse de forma segura”, advierte el Prof. Vehi. Únicamente existen documentos de consenso y recomendaciones que ofrecen reglas generales, pero que dejan mucho margen de interpretación. En la práctica clínica, esto hace que las indicaciones sobre ejercicio no estén estandarizadas, y puedan variar bastante entre profesionales y centros”, añade. 

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