Consiguen ralentizar el envejecimiento celular mediante el intercambio de sangre

Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ha descubierto que, mediante un proceso de unión quirúrgica de los sistemas circulatorios, llamado parabiosis heterocrónica, de un ratón joven y otro viejo, se ralentiza el proceso de envejecimiento celular y prolonga la vida útil del animal más anciano hasta en un 10%. Además, también comprobaron que cuanto más tiempo compartían la circulación estos animales, más duraban los beneficios antienvejecimiento, una vez que los dos ya no estaban conectados. 

Los hallazgos, publicados en la revista científica Nature Aging, revelan que los roedores jóvenes presentan un “cóctel” de componentes y sustancias químicas en la sangre que contribuye a su vitalidad, y estos factores podrían aislarse como potenciales terapias para acelerar la curación, rejuvenecer el cuerpo y agregar años a la vida de una persona mayor. 

Los investigadores tenían como objetivo determinar si los beneficios de la parabiosis heterocrónica eran efímeros o duraderos. De acuerdo con el autor principal, James White, profesor asistente en los departamentos de Medicina y Biología Celular en la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke y el Centro de Envejecimiento de Duke, "esta es la primera evidencia de que la parabiosis heterocrónica puede desacelerar el ritmo del envejecimiento, lo que se combina con la extensión de la vida y la salud".

Efectos del intercambio circulatorio

No es la primera vez que se realizan este tipo de estudios. Trabajos anteriores ya documentaron beneficios antienvejecimiento en tejidos y células de ratones más viejos después de tres semanas de parabiosis. Estas investigaciones encontraron que los ratones más viejos se volvieron más activos y animados y su tejido mostró evidencia de rejuvenecimiento. “Nuestro pensamiento fue, si vemos estos efectos antienvejecimiento en tres semanas de parabiosis, ¿qué sucede si llevas eso a 12 semanas”, explica White. "Eso es aproximadamente el 10% de la vida útil de un ratón de tres años".

Tras cerca de dos meses de parabiosis el equipo observó que los animales más viejos presentaron habilidades fisiológicas mejoradas y vivieron un 10% más que los animales que no se habían sometido al procedimiento. Además, a nivel celular, se redujo drásticamente la edad epigenética de la sangre y el tejido hepático, mostrando cambios en la expresión génica opuestos al envejecimiento y similares a varias intervenciones que prolongan la vida, como la restricción calórica. El efecto de rejuvenecimiento persistió hasta dos meses después.

Tal y como aclara el profesor White, “lo importante ahora es conocer qué elementos están haciendo que esto ocurra, los cuales todavía se desconocen. ¿Son proteínas o metabolitos? ¿Son nuevas células las que proporciona el ratón joven, o el ratón joven simplemente amortigua la sangre vieja que envejece? Esto es lo que esperamos aprender a continuación”. 

Los investigadores destacan que, si trasladásemos estos hallazgos a términos humanos, la exposición a la parabiosis sería el equivalente a emparejar a una persona de 50 años con una de 18 durante unos ocho años, y los efectos sumarían ocho años a la vida de la persona más mayor.

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