Por Clara Arrabal
16 de octubre de 2025Los medicamentos agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic o Wegovy, son capaces de reducir la embriaguez y el consumo de bebidas alcohólicas al retrasar su absorción en el organismo. Así lo ha afirmado un nuevo estudio piloto de Virginia Tech, publicado en Scientifics Reports (Nature), en el que han participado 20 personas.
A pesar de tratarse de una investigación preliminar con una muestra reducida, los autores creen que este es un primer paso para confirmar que los agonistas del GLP-1 pueden ser útiles en el tratamiento del alcoholismo, además de la diabetes y obesidad. "La posibilidad de ofrecer nueva esperanza a quienes luchan contra la adicción es lo que hace que este trabajo sea tan significativo", ha explicado Fatima Quddos, primera autora del estudio e investigadora de Virginia Tech.
Así, este principio activo se posicionaría como una vía diferente para abordar los trastornos por consumo de alcohol, ya que no actúa de manera directa sobre el sistema nervioso central como las terapias actuales basadas en naltrexona o acamprosato.
Aunque la ciencia ya había demostrado que la semaglutida puede frenar las ansias de beber alcohol, este estudio aporta un nuevo hallazgo: las personas que consumen antagonistas de GLP-1 tardan más tiempo en sentir sus efectos y terminan experimentando cierto rechazo hacia él.
Según Alex DiFeliceantonio, profesora y codirectora interina en FBRI´s Centre for Health Behaviors Research en el Instituto Politécnico y la Universidad Estatal de Virginia, se debe a que estos fármacos retardan el vaciamiento gástrico, provocando así un aumento más lento del alcohol en sangre. “Esta bebida debe llegar al cerebro y cruzar la barrera hematoencefálica para tener sus efectos psicoactivos, camino que hace a través de la sangre. Por lo tanto, cuanto más lento entra el alcohol en el torrente sanguíneo, más tarda en llegar al centro de mando”, explica.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron un estudio con 20 personas divididas en distintos grupos según su tipo de medicación (Ozempic, Mounjaro o Saxenda). Estos consumieron la misma ingesta calórica al comenzar la prueba y, 90 minutos más tarde, ingirieron una bebida alcohólica. Después, se midieron sus niveles de alcohol en el aliento y también respondieron a una encuesta sobre apetito, antojos, embriaguez y sabor. Los resultados fueron concluyentes. Según DiFeliceantonio, "las personas alcanzaron niveles similares de alcohol en el aliento y una sensación subjetiva de embriaguez". Sin embargo, "estos fármacos modificaron los efectos subjetivos inmediatos del alcohol, lo que puede llevar a que beban menos", concluye.