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Operan, por primera vez, el cerebro de un bebé dentro del útero

La pequeña Denver Coleman, en Estados Unidos, se ha convertido en la primera paciente tratada de la malformación de la vena de Galeno dentro de su madre

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Operan, por primera vez, el cerebro de un bebé dentro del útero

Por Lucía de Mingo

8 de mayo de 2023

Un equipo estadounidense del Boston Children's Hospital y del Brigham and Women's Hospital ha logrado, por primera vez, operar el cerebro de un feto dentro del útero materno.  Los cirujanos han realizado con éxito una cirugía a la pequeña estadounidense Denver Coleman usando la guía de ultrasonido para reparar una malformación de la vena de Galeno, una afección prenatal rara y potencialmente mortal. “Nos complace informar que, a las seis semanas, el bebé progresa notablemente bien, no toma medicamentos, come normalmente, aumenta de peso y está de vuelta en casa. No hay señales de ningún efecto negativo en el cerebro”, señala el autor principal del estudio, Darren B. Orbach.

Para llevar a cabo la intervención, los investigadores realizaron la embolización uterina, un procedimiento mínimamente invasivo que interrumpió el flujo sanguíneo en el cerebro del feto a las 34 semanas y 2 días de edad gestacional. Así, Denver se convirtió en la primera paciente tratada en un ensayo clínico de estas características.  “Derek y yo estamos profundamente arraigados en nuestra fe y oramos mucho por esto”, afirmó a CBS News Kenyatta Coleman, la madre. “Ella dejó su huella en el mundo”.

No obstante, Orbach indica que es solo su primer paciente tratado y es vital que continúen el ensayo para evaluar la seguridad y la eficacia en otros pacientes. “Este enfoque tiene el potencial de marcar un cambio de paradigma en el manejo de la malformación de la vena de Galeno, donde reparamos la malformación antes de dar a luz, para evitar la insuficiencia cardíaca antes de que ocurra, en lugar de tratar de revertirla después del nacimiento”, añade el investigador.

Debido a la ruptura prematura de membranas durante la embolización intrauterina, la bebé nació por inducción del parto vaginal dos días después. La ecocardiografía después del nacimiento mostró una normalización progresiva del gasto cardíaco, es decir, de la cantidad de sangre que el corazón bombea cada minuto. En este caso, la recién nacida no requirió ningún soporte cardiovascular ni cirugía después del tratamiento en el útero y, durante el tiempo que estuvo en observación, tuvo un examen neurológico normal y no mostró accidentes cerebrovasculares, acumulación de líquido ni hemorragia en la resonancia magnética cerebral.

“Será necesario realizar y seguir varios de estos casos fetales para establecer un patrón claro de mejora en los resultados neurológicos y cardiovasculares”, indica Gary M. Satou, director de ecocardiografía pediátrica del UCLA Mattel Children's Hospital (EE. UU) y codirector del Programa de Cardiología Fetal de UCLA. “El ensayo clínico nacional será crucial para lograr datos adecuados y, con suerte, resultados exitosos”.

Más sobre la malformación 

Cuando un paciente sufre una malformación de la vena de Galeno las arterias que llevan sangre de alto flujo y alta presión desde el corazón al cerebro se conectan directamente con una de las venas del cerebro, en lugar de a capilares que son necesarios para disminuir el flujo de sangre y llevar oxígeno al tejido cerebral circundante. Debido a los cambios en la fisiología vascular del bebé durante y después del proceso de nacimiento, la malformación tiene un efecto aún más grave en el corazón y el cerebro después del nacimiento, ejerciendo una enorme presión sobre el corazón y los pulmones del recién nacido, que puede provocar hipertensión pulmonar, insuficiencia cardíaca u otras condiciones potencialmente mortales.

 



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