La mala dieta se hereda a través del esperma

Si eres hombre y tienes pensado tener hijos, esto es para ti. Gracias a investigadores del consorcio internacional GECKO (Copenhague, Sydney y Chicago), se ha descubierto que el tipo de dieta del padre es heredada por los hijos. Es decir, si un varón de 30 años quiere ser padre y tiene una mala alimentación (alta en grasas y comida precocinada), la calidad de su semen dejará mucho que desear. 

La investigación, publicada en Nature Communications, y realizada en ratones sugiere que la dieta del padre es capaz de moldear la salud metabólica de su descendencia antes de ser concebida. "Nuestro estudio muestra que el tipo de dieta consumida antes de la concepción puede programar características específicas de la próxima generación", explica Romain Barrès, coautor principal y líder del consorcio GECKO. 

La investigación 

A raíz de un estudio con ratones, los científicos descubrieron que la dieta del padre ratón podía tener un impacto no solo en su propia salud reproductiva, sino también en la de su descendencia. Una mala alimentación de los ratones macho podía afectar al metabolismo y también al comportamiento de sus crías. 

Después de que los investigadores alimentasen a los ratones con 10 tipos de dieta diferente y dejasen que se aparearan con hembras, descubrieron que aquellos alimentados con dietas bajas en proteínas y altas en carbohidratos tenían más probabilidades de tener descendencia con mayor nivel de ansiedad. Asimismo, descubrieron que los ratones macho alimentados con dietas altas en grasas tenían mayor probabilidad de tener descendencia con niveles más altos de grasa corporal y marcadores de enfermedades metabólicas.  “Es extraordinario que al valorar las mezclas de proteínas, grasas y carbohidratos en la dieta del padre podamos influir en características específicas de la salud y el comportamiento de sus hijos e hijas”, señaló Stephen Simpson, coautor principal y director académico del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney.

“Nuestro estudio demuestra que no se trata solo de comer demasiado o muy poco, sino que también es la composición de la dieta lo que puede tener un impacto en los futuros niños”, afirma el profesor Barrès. 

Este descubrimiento, a pesar de que se ha realizado mediante ratones, ha abierto el camino para que el equipo de científicos pueda estudiar los mecanismos moleculares implicados en el proceso. "Creemos que nuestro estudio es un paso hacia el establecimiento de pautas dietéticas para los futuros padres, con el objetivo final de reducir el riesgo de enfermedades metabólicas y trastornos del estado de ánimo en la próxima generación", concluye Barrès.

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