Por Santiago Melo
21 de octubre de 2025Investigadores del grupo Fisiopatología y Medicina Regenerativa del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, liderados por el doctor Rafael Moreno-Luna, han demostrado que a partir de apenas un gramo de grasa subcutánea de pacientes con lesión medular crónica es posible obtener células madre con capacidad para regenerar vasos sanguíneos en tejidos donde se ha perdido el riego.
El avance supone un paso decisivo en el desarrollo de terapias avanzadas para tratar lesiones por presión, isquemias y heridas de difícil curación, patologías que afectan gravemente a la calidad de vida de los pacientes y representan un alto coste para el sistema sanitario.
Los resultados, obtenidos en colaboración con centros como la Universidad de Cádiz, la Universidad de Harvard y el Instituto de Investigación Sanitaria de Castilla-La Mancha (IDISCAM), han permitido identificar las poblaciones celulares del tejido adiposo con mayor potencial terapéutico. Este hallazgo, además de explicar por qué muchos ensayos anteriores con células madre no fueron eficaces, establece un protocolo con resultados prometedores incluso en personas con condiciones médicas complejas.
“Un recurso sencillo y accesible, como el tejido adiposo subcutáneo, puede convertirse en la base de tratamientos personalizados con un enorme potencial para pacientes con enfermedades graves”, señala Rafael Moreno-Luna, coordinador del grupo de investigación.
El equipo ha validado que incluso en pacientes con lesión medular crónica, cuyo estado de salud puede comprometer la respuesta terapéutica, las células conservan su capacidad regenerativa, lo que amplía significativamente el alcance clínico de esta estrategia.
Además del impacto clínico, el protocolo validado por el Hospital Nacional de Parapléjicos podría suponer un importante alivio económico para la sanidad pública. Solo en este centro, el tratamiento de lesiones por presión en unos 120 pacientes al año genera un gasto cercano a los cuatro millones de euros.
En estos momentos, el grupo se encuentra en fase de evaluación de la seguridad del procedimiento y trabaja con el objetivo de iniciar un ensayo clínico que permita trasladar esta técnica al entorno asistencial.
Este avance se enmarca en la apuesta de Castilla-La Mancha por las terapias avanzadas, iniciada en 2020 por la Consejería de Sanidad y reforzada con el impulso del IDISCAM. La investigación ha sido financiada por el Instituto de Salud Carlos III, la Agencia Estatal de Investigación y la Agencia INNOCAM.