Por Julia Porras
7 de noviembre de 2023Los trastornos incapacitantes para caminar ocurren en alrededor del 90% de las personas que se encuentran en una etapa avanzada de la enfermedad de Parkinson. Estos trastornos de la marcha suelen ser resistentes a los tratamientos disponibles actualmente.
Neurocientíficos y neurocirujanos de la Escuela Politécnica de Lausana (EPFL), el Hospital Universitario de Lausana (CHUV) y la Universidad de la ciudad suiza (UNIL), junto con el Inserm (Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina, por sus siglas en francés) y la Universidad de Burdeos, han diseñado una neuroprótesis destinada a corregir los trastornos de la marcha asociados a la enfermedad de Parkinson. El proceso de desarrollo de la neuroprótesis ha ayudado a tratar a un primer paciente con Parkinson, permitiéndole caminar con comodidad, confianza y sin caerse.
Marc, de 62 años, vive con Parkinson desde hace casi tres décadas. La dopamina, y después la estimulación cerebral profunda que recibió en 2004, solucionaron sus temblores y rigidez. Sin embargo, después desarrolló graves trastornos de la marcha que no respondían a la dopamina ni a la estimulación cerebral. “Prácticamente ya no podía caminar sin caerme frecuentemente, varias veces al día”, explica Marc.
“La idea de desarrollar una neuroprótesis que estimule eléctricamente la médula espinal para armonizar el procedimiento y corregir los trastornos del aparato locomotor en pacientes con Parkinson es el resultado de varios años de investigación sobre el tratamiento de la parálisis debida a lesiones de la médula espinal”, explica Grégoire Courtine, profesor de neurociencia en el EPFL, CHUV y UNIL. A diferencia de los tratamientos convencionales para el Parkinson, que se dirigen a las regiones del cerebro directamente afectadas por la pérdida de neuronas productoras de dopamina, esta neuroprótesis se dirige al área de la columna responsable de activar los músculos de las piernas al caminar, que aparentemente no se ve directamente afectada por la enfermedad de Parkinson. "Es impresionante ver cómo estimulando eléctricamente la médula espinal de forma específica, al igual que hemos hecho con los pacientes parapléjicos, podemos corregir los trastornos de la marcha causados por la enfermedad de Parkinson", afirma Jocelyne Bloch, neurocirujana y profesora de la Hospital Universitario de Lausana y codirectora del centro NeuroRestore junto a Grégoire Courtine.
La implantación de esta neuroprótesis en un paciente no habría sido posible sin la colaboración del doctor Erwan Bezard, neurocientífico del Inserm, afiliado al CNRS y a la Universidad de Burdeos, que ha dedicado su carrera a comprender las enfermedades neurodegenerativas. Su experiencia en modelos preclínicos de la enfermedad de Parkinson fue fundamental para producir correctamente los desarrollos tecnológicos y conceptuales necesarios para su aplicación clínica en seres humanos.
La intervención se produjo hace dos años en el Hospital Universitario de Lausana (CHUV). Tras un procedimiento neuroquirúrgico de precisión, a Marc, de la ciudad de Burdeos, le colocaron esta nueva neuroprótesis compuesta por un campo de electrodos colocado contra la médula espinal, que controla la marcha, y un generador de impulsos eléctricos implantado bajo la piel de su abdomen. Gracias a una programación específica de estimulaciones de la médula espinal, que se adapta en tiempo real a sus movimientos, Marc ha visto rápidamente disminuir su trastorno de la marcha. Después de varias semanas de rehabilitación con la neuroprótesis, ahora puede caminar casi con normalidad. Actualmente utiliza su neuroprótesis unas ocho horas al día y sólo la apaga cuando está sentado durante un largo periodo de tiempo o cuando duerme: “Enciendo la estimulación por la mañana y la apago por la noche. Esto me permite caminar mejor y estabilizarme. Ahora ya ni siquiera le tengo miedo a las escaleras. Todos los domingos voy al lago y camino unos 6 kilómetros. Es increíble."
En colaboración con ONWARD Medical, Grégoire Courtine y Jocelyne Bloch están trabajando en el desarrollo de una versión comercial de la neuroprótesis, que incluya todas las funcionalidades necesarias para un uso diario óptimo. "Nuestra ambición es proporcionar acceso general a esta tecnología innovadora para mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con Parkinson en todo el mundo", explican.
Además, gracias a una donación de un millón de dólares de la Fundación Michael J. Fox para la investigación del Parkinson, el centro NeuroRestore realizará pruebas clínicas en seis nuevos pacientes el próximo año. El ensayo ha sido publicado en la revista Nature.